martes, 27 de septiembre de 2016

El monorraíl del puerto



El alcalde de la ciudad, la autoridad portuaria, y el gobierno de la Junta de Andalucía,  puestos de común acuerdo, quieren perpetrar un rascacielos, o como se le llama ahora “un edificio emblemático”, en el dique de levante del puerto de Málaga. Al parecer un edificio nada original, una mala y más pequeña copia que el ya existente en otras ciudades, que no aportaría nada nuevo a la imagen de la ciudad. Bueno, no aportaría pero sí ocultaría y relegaría a un segundo plano a los edificios hasta ahora más emblemáticos de la más conocida imagen de la ciudad: la catedral, la alcazaba y la farola.

Es una pena que tan ilustres autoridades no tengan la misma diligencia e interés en impulsar y exigir al gobierno central la ejecución de un proyecto ya aprobado hace muchos años, vital para la economía y el empleo, como es el del soterramiento del tren del puerto, que haría al puerto de Málaga altamente competitivo en el tráfico de mercancías (contenedores, vehículos y graneles).

Por el contrario, nuestros dignísimos representantes ponen todo su empeño en impulsar un proyecto hoy por hoy fuera de la legalidad, que para poder ser ejecutado necesitaría cambiar el PGOU, el Plan Especial del Puerto, un expediente de desafección del dominio público del suelo, y la autorización especial del gobierno del Estado.

Y lo más grave, este proyecto que se nos presenta como ya decidido, se ha gestado al margen de la ciudadanía ni sus agentes sociales, y sin opción al debate. Y completamente ajeno a un proyecto claro y coherente de ciudad.


Sólo las ciudades que no se precian a sí mismas asumen acríticamente cualquier proyecto que se le presente, sólo por “ser modernos” como en otras ciudades, y sin un debate serio. Como en el célebre capítulo del monorraíl de “Los Simpson”.


“La manquita” es de Málaga


En 1998, el gobierno Aznar dictó un Real Decreto que eliminó la prohibición de inmatricular los lugares de culto. Aprovechando esta modificación legislativa, hace cinco años, el Obispado de Málaga inscribió a su nombre la Catedral y su entorno.

Con este proceso de inmatriculación el Obispado pretende convertir algo que es patrimonio y propiedad de la ciudadanía y un Bien de Interés Cultural en patrimonio privado. Este proceso de apropiación privada carece de valor jurídico al tratarse de un bien de dominio público. Al igual que está sucediendo con la Mezquita de Córdoba, la ciudadanía reclama el derecho a conservar el patrimonio que le pertenece.

En la actualidad, el Registro de la Propiedad recoge que el Obispado de Málaga es el titular de la Catedral, además del patio del Sagrario, el atrio de las Cadenas, las escalinatas de la fachada de la Plaza del Obispo y los jardines, cuyo coste de mantenimiento se asume el Ayuntamiento de Málaga, es decir se paga con el dinero de todos los malagueños y malagueñas.

Recientemente, ha surgido una iniciativa ciudadana que solicita la intervención de las administraciones públicas, para bloquear este proceso de inmatriculación, ante el intento de apropiación de la Catedral de Málaga por parte del Obispado.

Las personas solicitantes piden al Ayuntamiento de Málaga, a la Diputación de Málaga, a la Junta de Andalucía, y al estado español, que inicien los trámites para revocar y dejar sin efecto la inmatriculación realizada por el Obispado de Málaga sobre la Catedral de la Ciudad, para que su titularidad recaiga en las administraciones que representan democráticamente a todos los malagueños y las malagueñas, independientemente de sus ideas o sus creencias religiosas.


El grupo municipal de Málaga para la Gente apoya íntegramente esta petición ciudadana, pues entendemos que el patrimonio cultural y arquitectónico pertenece a la ciudadanía y porque desde hace tiempo se ha mantenido con las arcas públicas.

(Publicado en mi columna "El ala izquierda de la Casona", del diario Viva Málaga, el lunes 19 de septiembre de 2016)

lunes, 19 de septiembre de 2016

UN DÍA DE BICI AL AÑO NO BASTA

                                Imagen de "La Opinión de Málaga"
Ayer 18 de septiembre, en el marco de la "Semana de la Movilidad", se celebró el Día de la Bici con la ya tradicional Marcha en bicicleta. Miles de personas de todas las edades se han volcado en la participación en este evento organizado por nuestro ayuntamiento. Hasta el alcalde se ha subido a la bici, por un día, para que pueda pensarse que el equipo de gobierno del PP impulsa decididamente el uso de la bicicleta y la movilidad sostenible en Málaga.
Sin embargo, nada más lejos de la realidad. Aunque en los últimos años, qué duda cabe, la ciudad ha experimentado progresos en cuanto a la construcción de carriles bici y número de desplazamientos en bicicleta, lo cierto es que seguimos muy atrás respecto a lo que sería lo óptimo. Y, desde luego, muy atrás respecto a otras ciudades europeas y españolas, como por ejemplo Sevilla, donde la participación en su día de Izquierda Unida en el gobierno municipal (2003-2011) impulsó la ejecución de más de 100 kms de carriles bicis, y un servicio municipal alquiler de bicis, que transformó la movilidad en la ciudad y la convirtió en una referencia en toda Europa respecto al uso de la bicicleta.
En Málaga, por el contrario, durante todos estos años de gobierno municipal del PP, el alcalde ha seguido ejecutando un modelo de movilidad obsoleto e insostenible, con absoluta prioridad del coche privado sobre el tránsito peatonal o en bicicleta. Se desperdició la oportunidad única, tanto en el PGOU de 1997, como en el más reciente de 2011, de incluir la red de carriles bici como elementos estructurales del Plan, de forma que, como se hizo en Sevilla, fueran los promotores los que costearan la construcción de carriles bici de las zonas a desarrollar urbanísticamente, al igual que costean los viales y aceras del entorno de sus promotores. Eso fue lo que en Sevilla impulsó IU, y lo que permitió que se construyeran más de 100 kms de carriles bici en pocos años con muy poco coste para el Ayuntamiento. En Málaga, con De la Torre y el PP, durante el boom inmobiliario, todo el beneficio era para los promotores, sin exigirle nada a cambio para el interés social.
En 2014, también con la participación de IU en el gobierno de la Junta, la Consejería de Fomento y Vivienda, gestionada por Elena Cortés, como consejera, y José Antonio Carcía Cebrián, como vice-consejero, la misma persona que desarrolló el Plan de la Bici en el ayuntamiento de Sevilla, impulsó el Plan Andaluz de la Bici. Con él se brindaba una oportunidad única para Málaga, y otras ciudades andaluzas para "ponerse al día" en carriles bicis y uso de la bicicleta. En virtud del Convenio del Plan de la Bici entre el Ayuntamiento de Málaga y la consejería de la Junta gestionada por IU, Málaga podría construir 70 kms de carriles bici, con la financiación de la Junta al 75% y el Ayuntamiento al 25%, lo que nos permitiría alcanzar casi 100 kms de carriles bici en Málaga y multiplicar su uso cambiando para siempre la movilidad en nuestra ciudad por un modelo más sostenible.
Sin embargo, desde la expulsión de por Susana Díaz de IU del gobierno andaluz, el Plan Andaluz de la Bicicleta ha sufrido un drástico parón. Es evidente que el PSOE en el gobierno andaluz no considera prioritario el impulso de la bicicleta ni se cree el Plan Andaluz de la Bici que impulsó IU. Basta señalar que, de seguir el ritmo de inversión en carriles bici reflejado en los últimos presupuestos anuales de la Junta, se necesitarían unos 45 años para su ejecución. Es decir, parálisis total.
Mientras, el alcalde y el equipo de gobierno del PP han encontrado la excusa perfecta para seguir sin hacer nada. "Como la Junta no cumple..." es el "mantra" del alcalde para justificarse.
Eso sí, una vez al año, se monta en la bici para acaparar todas las fotos e imágenes de los medios de comunicación y aparentar que hace algo en favor del uso de la bici y la movilidad sostenible en la ciudad.
Lo mejor de todo, sin duda, es que cada vez somos más las personas que en Málaga usamos cotidianamente la bici, no sólo como actividad deportiva o recreativa, que está muy bien, sino como medio de transporte para movernos por la ciudad. Y este aumento exponencial del uso de la bici en la ciudad por miles de malagueños y malagueñas, se refleja en la masiva, y festiva, participación en el Día de la Bici. Una participación cada vez más reivindicativa del fomento de la bici, del cumplimiento del Plan Andaluz de la Bici, para decirle alto y claro al gobierno de la Junta de Andalucía, y también a nuestra Alcalde De la Torre que ¡¡¡UN DÍA DE BICI AL AÑO NO BASTA!!!


martes, 13 de septiembre de 2016

¿La Alameda peatonal?

Imagen de Diario Sur

En los últimos días, el Alcalde de nuestra ciudad ha abierto (reabierto) el debate sobre la posible peatonalización de la Alameda apostando por esta opción a corto plazo. No es un tema nuevo, el grupo municipal de Izquierda Unida, primero, y el actual grupo de Málaga para la Gente, han presentado varias iniciativas para que el Ayuntamiento aprobara este objetivo. Y ya hace más de cinco años el primer Avance del Plan Municipal de Movilidad Sostenible incluía en su horizonte este proyecto. Incluso, la propuesta ganadora del concurso de ideas sobre la recuperación del cauce del Guadalmedina organizado por CIEDES en 2012, que redactó el equipo liderado por el arquitecto José Seguí, proponía “complementar la actuación con la peatonalización de la Alameda Principal,

Sin embargo, llama la atención que en las declaraciones del Alcalde, se plantea la cuestión de la peatonalización de la Alameda de forma aislada, independientemente de una propuesta más integral para la ciudad.

De esta forma, lo que debe ser una apuesta estratégica de Málaga, en boca de De la Torre se convierte en una ocurrencia aislada, en una declaración con un fin de propaganda, de puro marketing político. No se entiende después de defender durante años propuestas urbanísticas tan desfasadas como el embovedamiento del río para convertirlo en una gran vía para el tráfico rodado, o su oposición a que la Alameda deje de ser la gran estación de autobuses urbanos al aire libre.

Y es que a propuesta de peatonalización de la Alameda, integral o parcial, no puede analizarse ni adoptarse sin tener en cuenta una visión escala global de qué queremos para nuestra ciudad.

Y no es posible esta visión global para quien, como el Alcalde, carece de un proyecto coherente de ciudad.

Pero claro, para ello es necesario tener “un proyecto de ciudad” para Málaga. Y es evidente que el Alcalde no lo tiene.


(Publicada en la columna "El ala izquierda de la Casona" del diario Viva Málaga del lunes 12/9/2016)

Imagen tomada de la propuesta de proyecto de ordenación del Guadalmedina
del estudio de José Seguí