viernes, 29 de junio de 2018

#StopDemolicionesMálaga II


Como puso de manifiesto la investigación realizada por Antón Ozomek, "Geografía del Desastre: Expolio del Centro Histórico de Málaga", desde el año 1985 hasta hoy se han demolido en Málaga 380 inmuebles históricos, la mayoría víctimas de la especulación inmobiliaria en la última década. Si sumamos las 175 demoliciones entre 1957 y 1985, hemos perdido casi la mitad de los edificios históricos.

Si no detenemos este expolio ya, tal y como reclaman las asociaciones de defensa del patrimonio, nos quedaremos sin edificios históricos muy pronto.

Según la Ley del Patrimonio Histórico Español y la de Andalucía, las demoliciones de edificios, aun parciales, en zonas protegidas por sus valores arquitectónicos y artísticos deben ser deben ser excepcionales. Sin embargo, en la última década en Málaga se ha convertido en la regla y muchísimos edificios históricos del centro, han sido reemplazados por otros de arquitectura actual sin siquiera valor artístico.

Aunque la obligación de los propietarios de los edificios es conservarlos y restaurarlos, muchos no lo hacen porque persiguen la declaración de ruina para lograr el permiso de demolición. Pero el ayuntamiento tiene herramientas legales para forzarles a arreglar el inmueble y evitar el derribo: multas coercitivas, ejecución subsidiaria e incluso la expropiación. Lamentablemente, con el gobierno municipal del PP de De la Torre, el ayuntamiento, en lugar de intentar evitar este desastre para nuestro patrimonio, lo ha promovido.

Por todo esto, IU-Málaga para la Gente, haciéndose eco de las reivindicaciones de los colectivos de defensa de nuestro patrimonio histórico, hemos logrado que se aprobara nuestra moción para que se cumpla la Ley y se apruebe urgentemente una moratoria que impida más demoliciones de edificios históricos, salvo motivos de seguridad que deben evaluarse más estrictamente, así como se extremen los controles y se realice un seguimiento del estado real de los inmuebles catalogados para garantizar su protección.

(*) Publicado en mi columna "El ala izquierda de la Casona", del diario Viva Málaga, el lunes 25 de junio de 2018.

lunes, 25 de junio de 2018

El ayuntamiento promueve la explotación laboral



Hace ya más de dos años que IU-Málaga para la Gente denunció la existencia de más de 300 casos de falsos autónomos cesiones ilegales de trabajadores en el ayuntamiento de Málaga y sus organismos municipales.

Un asunto gravísimo, pues supone un fraude de ley por el que el ayuntamiento contrata externamente servicios municipales a empresas, o autónomos, para que sus trabajadores realicen el mismo trabajo que empleados municipales, pero eso sí, cobrando hasta la mitad de salario y con menos derechos.

Advertíamos también que estos contratos en fraude de Ley podrían suponer un tremendo quebranto a las arcas municipales pues, de prosperar las denuncias ante la Inspección de Trabajo y las demandas judiciales interpuestas por sindicatos y trabajadores, el ayuntamiento podría ser sancionado a pagar 3.000 euros por cada caso, cuotas sociales atrasadas, indemnizaciones, etc.

El equipo de gobierno popular nos acusó de mentir y crear alarma. Sin embargo, una a una, empezaron a llegar, primero, las Actas de la Inspección de Trabajo, después las resoluciones de la Tesorería General de la Seguridad Social y, finalmente, las sentencias de los Juzgados de lo Social. En todos los casos determinaron que los trabajadores desarrollaban funciones propias del personal municipal, utilizando oficinas y medios municipales, sometiéndose a las mismas directrices y mandos, y con el mismo horario y vacaciones, pese a desempeñar su labor contratados por otra empresa o bajo el régimen de autónomos.

Hasta hace unos meses, este fraude le había costado ya al Ayuntamiento más de 300.000 euros en cuotas sociales y más de 70.000 euros en indemnizaciones por despido. Y la cuenta no ha dejado de subir.

Con el gobierno municipal del PP, el ayuntamiento de Málaga se ha convertido en un promotor de la explotación y la precarización laboral a costa de los derechos de los trabajadores y del bolsillo de los malagueños y malagueñas.

Publicado en mi columna "el ala izquierda de la casona", del diario Viva Málaga, el lunes 18 de junio de 2018.


jueves, 14 de junio de 2018

Málaga, ciudad sin ley (urbanística)


Imagen del centro ruso del monte San Antón, tomada de elpais.com

Esta semana se ha celebrado la primera sesión de la Comisión de Investigación, creada a propuesta de IU-Málaga para la Gente, sobre el escándalo de las miles de infracciones urbanísticas impunes en nuestra ciudad en los últimos años.

Según la documentación aportada por la propia Gerencia Municipal de Urbanismo, entre los años 2006 y 2016, se levantaron casi 12.000 actas por infracciones urbanísticas, de las cuales sólo se incoaron 2.060 expedientes sancionadores, poco más de un 17%.

Pero lo que es aún más escandaloso es que en estos once años sólo se han cobrado por el Ayuntamiento 18 sanciones, apenas un 0,15%. De esas 18 sanciones cobradas, once lo fueron en 2006, cuatro en 2007, dos más en 2008, y la última sanción se cobró en 2011. Desde entonces, hace ya siete años, no se ha pagado ni una sola sanción.

Cuarenta de las infracciones impunes corresponden a administraciones y empresas públicas, algo rechazable porque las administraciones públicas deben dar ejemplo, cumpliendo las normas y siendo sancionadas cuando no las cumplen como cualquier ciudadano.

Otras muchas infracciones impunes corresponden a grandes obras ilegales por promotores privados, algunas de ellas muy sonadas en su día, como las de la piscina de Campanillas, el Centro Ruso del Monte San Antón o las del Jardín Histórico del Retiro.

Estos datos son gravísimos, pues ponen de manifiesto el abandono por parte del equipo de gobierno municipal de una competencia básica para cualquier municipio como es la disciplina urbanística. Parece que para el PP en Málaga la Gerencia de Urbanismo sólo debe servir para dar vía libre a los pelotazos urbanísticos y los proyectos especulativos.

Sin embargo, la disciplina urbanística es vital pues tiene un efecto disuasorio y ordenador. Sin el cumplimiento de las normas urbanísticas las grandes tropelías urbanísticas quedan impunes, haciendo imposible un urbanismo ordenado y una ciudad habitable.

Quizás era eso lo que se pretendía.

(*) Publicado en mi columna "El ala izquierda de la Casona", del diario Viva Málaga, el lunes 11 de junio de 2018

miércoles, 6 de junio de 2018

Málaga, Patrimonio de la Humanidad



Hace apenas un mes, en un acto celebrado en el Ateneo de Málaga, los expertos de ICOMOS, organismo asesor de la UNESCO, plantearon que Málaga podría optar a ser declarada Patrimonio de la Humanidad, en la categoría de “Paisaje Cultural Evolutivo”.

En la Convención del Patrimonio Mundial Cultural y Natural, la UNESCO reconoce la figura del “paisaje cultural” como “obras conjuntas del hombre y la naturaleza”, y dentro de esa figura, los “Paisajes culturales evolutivos” como muestras de la evolución de la sociedad humana bajo la influencia de las limitaciones físicas y las oportunidades presentadas por el entorno natural, económico y cultural del lugar.

El paisaje de Málaga refleja las características de un paisaje cultural evolutivo todavía en progreso, y expresa la adaptación humana a las condiciones geográficas del territorio, en un proceso evolutivo muy vinculado al modo de vida de la población que ocupa el paisaje.

El hito fundamental en el paisaje de Málaga es la bahía y su puerto natural, origen e inicio de su historia, donde en el siglo VIII a.d.c. los fenicios ubicaron su asentamiento al que denominaron Malaka. Desde entonces, la historia de Málaga ha corrido paralela a la de su puerto, pieza fundamental del desarrollo de la cultura fenicia, cartaginesa, romana, bizantina, cristiana, moderna y contemporánea.

Los asesores de la UNESCO defendieron el valor del paisaje de Málaga y de su puerto, y vincularon la pervivencia de su valor paisajístico a la renuncia al proyecto de rascacielos en el puerto.

Casi 3000 años después, queremos proteger este hito paisajístico, que narra como ningún otro nuestra historia, y someter a debate serio y riguroso una intervención que alteraría irreversiblemente valores de miles de años.

Defendamos nuestro horizonte y protejamos nuestro paisaje declarándolo Patrimonio de la Humanidad. El rascacielos en mitad de la bahía nunca será el icono de Málaga sino nuestra ruina.

(*) Publicado en mi columna "El ala izquierda de la casona", del diario Viva Málaga, el lunes 4 de junio de 2018.