martes, 24 de enero de 2017

CRIMINALES DESPIADADOS

Viñeta del humorista Sergi Mo

La semana pasada, coincidiendo con la durísima ola de frío, el precio de la luz alcanzó máximos históricos en España. Ante esta situación, al ministro de Energía, sólo se le ocurrió encomendarse “a la suerte” para que baje el precio de la electricidad.

Según un estudio de la Asociación de Ciencias Ambientales, el 11% de los hogares españoles, es decir, más de cinco millones de personas, no pueden mantener su vivienda a una temperatura adecuada en invierno. Este estudio también pone de manifiesto cómo la imposibilidad de habitar en una vivienda a una temperatura adecuada perjudica la salud y acorta la esperanza de vida. De esta forma, las situaciones de pobreza energética podrían estar ocasionando casi un tercio de las muertes adicionales en invierno, respecto a otras épocas del año, es decir, más de 7.000 fallecimientos.

Hasta 1997, el Gobierno establecía el precio de la electricidad. Ese año el primer gobierno de Aznar perpetró la “liberalización” del sector eléctrico prometiendo que la “libre competencia” abarataría el precio de la electricidad. Hoy resulta evidente que la consecuencia ha sido la contraria: en veinte años el precio de la luz se ha multiplicado por cuatro. España es hoy el país de la Unión Europea con los precios de la electricidad más caros, después de Malta y Chipre.

Pero no todo el mundo ha resultado perjudicado por la “liberalización” del sector. Durante los años de la crisis, sólo las tres grandes compañías eléctricas han obtenido más de 60.000 millones de euros de beneficios, casi tanto como la cifra del gasto público anual en sanidad en España (68.000 millones). Por otro lado, la lista de ex presidentes y ex ministros, tanto del PSOE como del PP, “fichados” por las eléctricas, con sueldos astronómicos, no ha hecho más que crecer, entre ellos Felipe González y el propio Aznar. 

(Publicado en mi columna "El ala izquierda de la Casona", del diario VivaMálaga del lunes 23 de enero de 2016)

lunes, 9 de enero de 2017

Por nuestra seguridad



Los agentes del cuerpo de Bomberos del Ayuntamiento de Málaga gozan de la confianza y reconocimiento unánime de la ciudadanía malagueña. No en vano son las personas en las que confiamos nuestra seguridad en situaciones de emergencia. Y desempeñan esta función trabajando muy duro y en condiciones extremas para poder salvar vidas humanas.

Desde hace más de diez días, los bomberos de nuestra ciudad se encuentran encerrados en el Parque de Bomberos de Martiricos en protesta por las condiciones laborales y la gestión del servicio por los responsables municipal. El encierro comenzó, de forma espontánea, el jueves 29 de diciembre pasado, y mantiene desde entonces un seguimiento muy mayoritario.

La reclamaciones de los bomberos son cuestiones muy básicas y razonables. Por una parte, reclaman un Reglamento nuevo ya que el anterior data de 1959. Reclaman, además, que se regularice su jornada laboral, la mayor de todos los bomberos de España. Y que lleve a cabo su reclasificación profesional de acuerdo a lo que establece la Ley de Emergencia de Andalucía, y ya han hecho la mayoría de municipios andaluces

Además, los bomberos de Málaga reclaman desde hace tiempo una mejor gestión por parte de los responsables municipales, la renovación de unos equipos en muchos casos obsoletos, y el mantenimiento adecuado de instalaciones y vehículos de los que va a depender la eficacia de su actuación en situaciones límite para la vida.

No son las de los bomberos malagueños reclamaciones de mejoras económicas o personales propias, sino mejoras del servicio público y esencial que prestan, que en muchos casos pueden suponer el llegar a tiempo y con los mejores equipos para salvar una o varias vidas humanas.


Desde Málaga para la Gente apoyamos a los bomberos de Málaga en sus reclamaciones y esperamos que el Alcalde y el equipo de gobierno municipal accedan a unas reclamaciones que redundan en nuestra seguridad. 

(Publicado en mi columna "El ala izquierda de la Casona", del diario Viva Málaga del lunes 9 de enero de 2016)