martes, 30 de mayo de 2017

El Ayuntamiento por la Sanidad Pública andaluza (*)

 (Fotografía de La Opinión de Málaga)

Desde hace años, los Sindicatos del sector sanitario vienen denunciando los recortes y privatizaciones en la sanidad pública andaluz.

Estos recortes y privatizaciones suponen menos contrataciones para sustituciones en verano, cierre temporal de camas y quirófanos, aumento de las listas de espera para intervenciones y citas con especialistas, y mayor saturación de las urgencias.

En Málaga, en los últimos años, hemos soportado mayores recortes y pérdidas de trabajadores, lo que nos sitúa por debajo de la media del resto de provincias andaluzas en todos los índices de calidad.

Para evitar que este verano se repitan estos problemas, el pasado marzo el Servicio Andaluz de Salud (SAS) alcanzó un acuerdo con los sindicatos, denominado Plan Costa, por el que garantizaba cubrir íntegramente las sustituciones y no cerrar camas ni quirófanos durante este verano en los hospitales públicos.

Sin embargo, los sindicatos han alertado de que el Servicio Andaluz de Salud (SAS) no va a cumplir los compromisos adquiridos, ya que no se van a hacer las contrataciones necesarias y, de nuevo, se prevé disminuir la actividad quirúrgica y cerrar camas.

Por ello, los sindicatos han convocado movilizaciones para los jueves 25 de mayo y 1 y 8 de junio, y una manifestación el domingo 11 de junio.

En el último Pleno municipal intervino Fernando Muñoz Cubillo, Secretario Provincial de CCOO, para defender nuestra moción, que resultó aprobada, para rechazar los recortes y privatizaciones en la sanidad pública y reclamar a la Junta de Andalucía aumentar la inversión sanitaria y cubrir íntegramente las sustituciones veraniegas, para no cerrar camas, plantas ni quirófanos en los hospitales públicos.

Asimismo, y gracias a nuestra moción, el Ayuntamiento apoyará las movilizaciones y la manifestación del próximo domingo 11 de junio en defensa de una sanidad pública de calidad y sin recortes, y convocará urgentemente el Consejo Social de Málaga para abordar la situación.


* (Publicado en la columna "El ala izquierda de la Casona", del diario Viva Málaga, el lunes 29 de mayo de 2017) 

domingo, 28 de mayo de 2017

Sobre el metro al Hospital Civil (*)

Imagen del tranvía a su paso por el centro de Zaragoza 

La consumación de la amenaza del alcalde de bloquear la construcción del metro al Hospital Civil, en contra del acuerdo firmado por él mismo con la Junta, supondría una reclamación súper millonaria por parte de las constructoras que tienen la concesión y un gravísimo quebranto para las arcas municipales, y el bolsillo de los malagueños y malagueñas.

Pero a este alcalde saliente parece no importarle el inmenso quebranto económico que causaría a la ciudad. “Para lo que me queda en el convento…”, parece decir.

Pero además, la cerrazón del alcalde puede privar a Málaga del desarrollo de un medio de transporte capaz de transformar la movilidad sostenible en la ciudad. Mientras en Málaga hace años optamos por un metro soterrado carísimo e insostenible, en más de 300 ciudades europeas, de entidad similar o superior a Málaga, funcionaba el metro en superficie a plena satisfacción. Así, en Alemania (Dörtmund, Dusserldorff, Bonn, o Frankfourt), en Francia (Marsella, Burdeos o Lyon), en Suiza (Ginebra o Zurich), y mucho más cerca y recientemente, Tenerife o Zaragoza son ejemplos de una larguísima lista.

El caso de Zaragoza es significativo: con casi la mitad de gasto, desde hace años funciona un metro en superficie, con mayor longitud y viajeros que el de Málaga. Lo que unido a la apuesta por la bicicleta, ha dado un resultado espectacular: además de mejorar notablemente la movilidad, han disminuido las emisiones de CO2 a la mitad.

Mientras, en Málaga, el alcalde exhibe y promueve en este asunto una mentalidad propia de mediados del siglo pasado. La misma mentalidad que, en nombre de la modernidad, llevó a esta ciudad a eliminar la línea férrea litoral hasta Vélez “para ganar sitio para el coche”, mientras en toda Europa se hacía lo contrario. Algunos aún no han aprendido, y lo peor es que nos gobiernan. Así nos va…

(*) Publicado en la columna "El ala izquierda de la Casona" del diario Viva Málaga, el lunes 15 de mayo de 2017


Imagen del tráfico en Calle Eugenio Gross, de laopiniondemalaga.es

viernes, 26 de mayo de 2017

LA HISTORIA DEL ASTORIA (*)


La del Astoria es la historia de un abandono que comienza, prácticamente, con el gobierno municipal del PP. En 1997, siendo alcaldesa Celia Villalobos, y concejal de Urbanismo De la Torre, el gobierno municipal cambió de cultural a residencial el destino urbanístico del inmueble en el PGOU. En 2004 cerró el cine Astoria, varios años antes ya lo había hecho el cine Victoria. Baensa, la propietaria del edificio, proyectaba edificar allí 45 viviendas de lujo y, cuando tenía ya solicitada la licencia de obras, De la Torre cambió de opinión y, en el marco de la candidatura a la capitalidad cultural europea, decidió que el Ayuntamiento comprara el edificio para un uso cultural sin definir.

En 2010, el Ayuntamiento compró el edificio, a precio de residencial de lujo, por casi 21 millones de euros. Casi la mitad del presupuesto anual de inversiones del Ayuntamiento de Málaga, y casi el doble de lo presupuestado recientemente para peatonalizar la Alameda, sin saber qué uso cultural le daría a ese suelo.

Primero intentó sin éxito que se lo quedara Unicaja, que quería construir una sede para actividades culturales en Málaga.

Después anunció que un grupo alemán estaba interesado en un proyecto cultural musical. 
Posteriormente, antes de las municipales de 2011, anunció su proyecto de “Museo de los museos”, consistente en un edificio diseñado por un arquitecto de renombre, previo desembolso de unos 15 ó 20 millones de euros más, para albergar exposiciones temporales provenientes de los principales museos del mundo.

Edificio cultural de la Fundación Caixa Forum, museo de artes escénicas o supermercado gourmet, pasando por la ampliación de la Casa Natal de Picasso, han sido otros de los destinos propuestos por De la Torre y fracasados antes de nacer. Cualquier cosa para justificar tamaño derroche de dinero público, sólo comparable al del Museo de las Gemas.

Y así hasta hoy, casi 20 años de abandono y 21 millones de euros, después.

Por eso resulta sarcástico que, tras la retirada de Banderas de su proyecto para el Astoria, básicamente por no salirle las cuentas, ni conseguir inversores, al tener que rebajar plantas y aumentar el suelo de uso cultural, De la Torre tenga la desvergüenza de acusarnos del abandono del inmueble.


No se engañen, en esta historia, y desde el principio, hay un solo culpable del costosísimo abandono del edificio: De la Torre. 

(*) Publicado en malagactualidad.es el martes, 23 de mayo de 2017

lunes, 22 de mayo de 2017

IGUALDAD ANTE LA LEY. TAMBIÉN PARA BANDERAS (*)




En los últimos días la renuncia de Antonio Banderas al proyecto del Astoria ha causado gran polémica en nuestra ciudad. Un artículo publicado en este periódico junto a la carta de Banderas, me culpa por ‘los insultos y trato humillante’ recibidos. Es absolutamente falso. No es mi estilo. Desde el principio critiqué la propuesta ganadora, y el propio concurso, pero jamás he insultado ni faltado al respeto al señor Banderas, al que por otra parte siempre he admirado como actor. Afortunadamente, todas mis declaraciones ante los medios de comunicación y en los órganos colegiados municipales están grabadas, y muchas de ellas subidas a Youtube. Pueden buscar y rebuscar, pero nadie encontrará ni un solo insulto o falta de respeto por mi parte.
El grupo municipal Málaga para la Gente se ha opuesto al proyecto respaldado por Banderas para el Astoria por no cumplir con la legalidad urbanística. Porque no es legal un proyecto que supera en tres plantas la edificabilidad máxima permitida en el PEPRI Centro, por lo que requeriría su modificación. Los proyectos concretos deben adecuarse a la norma general, no al revés, y la norma debe obligar a todos y todas por igual, incluido al señor Banderas.
Porque nos parece lesivo para las arcas públicas que la propuesta del señor Banderas reclame, para ser viable, una moratoria de diez años en el pago del canon al Ayuntamiento por la concesión de una parcela que nos ha costado 21 millones de euros. Y ello cuando su propio estudio de viabilidad económica prevé un beneficio de 31 millones de euros durante la concesión.
Además, a nuestro juicio, el uso planteado en el proyecto no satisface el interés general. No es lo que Málaga necesita, y merece, para la que es hoy ‘la mejor parcela de la ciudad’. Junto a un teatro de sólo 600 butacas (el cercano Teatro Cervantes tiene un aforo de más de 1.100 plazas), se prevé un centro comercial y gastronómico (a escasos metros del fracasado ‘supermercado gourmet’ del mercado de la Merced), una tienda Starlite, y otra de la propia firma de Banderas.
Que nadie se deje engañar, las verdaderas razones de la renuncia de Banderas no son las expresadas en su carta ni en el artículo que las acompaña, sino otras muy distintas.
Probablemente, a los promotores no les salgan las cuentas del proyecto. Es evidente que el pronunciamiento de la Consejería de Cultura de la Junta de Andalucía respecto a que habría que reducir edificabilidad y aumentar la superficie destinada a uso cultural, junto a la decisión del Pleno de la ciudad de exigir que se aportaran avales y se pagara un canon justo, disminuía sensiblemente las expectativas de beneficios.
Lo cierto es que hasta la semana pasada, los promotores buscaban empresarios malagueños ‘potentes’ que participaran en la inversión necesaria para poder desarrollar su proyecto. Y es que, como explica el señor Banderas en su carta, él sólo pondría 250.000 euros anuales, y su nombre. Y probablemente Starlite, aún siendo una empresa de primer nivel, no estaba dispuesta a afrontar sola todo el riesgo de esa importante inversión en un proyecto poco claro. Parece que no lo consiguieron, o no le salían las cuentas, y decidieron retirarse ya hace días.
Y tomada esa decisión, deciden hacerlo jugando al victimismo, acusando a este portavoz y al grupo municipal Málaga para la Gente de insultos y trato humillante que nunca han existido. Se ha utilizado la fama y el cariño que en Málaga se le tiene a Banderas, para echarnos ‘la gente encima’ a quienes, legítimamente, hemos criticado ese proyecto.
Vaya por delante que Banderas tiene todo el derecho de defender sus propios intereses, que son legítimos siempre que cumplan la ley, pero debe respetar también que quienes somos representantes públicos tengamos el derecho, y la obligación, de criticar y exigir el cumplimiento de la legalidad a un proyecto que es público y que transformará un espacio de gran importancia en la ciudad.
Pero la retirada del proyecto de Banderas para el Astoria no supone el final. Sin duda, habrá otros proyectos, y mejores, para el Astoria. En toda esta historia, lo único que Málaga ha perdido para siempre son los 21 millones de euros que dilapidó el alcalde en la compra de un edificio que no los valía. Recordemos que ese suelo estaba calificado como equipamiento cultural, y el alcalde modificó su calificación a residencial. Después cambió de opinión y decidió comprarlo a su propietario para destinarlo a uso cultural. Y como consecuencia de su indecisión e improvisación, tuvo que comprarlo a un precio desorbitado propio de un destino para residencial de lujo, no de equipamiento cultural.
Lo que procede ahora es retomar lo que en su día decidió el Pleno. La ciudad ha ganado tiempo para realizar un verdadero concurso de ideas, del que salgan distintas propuestas de uso y arquitectónicas, y sobre las más valoradas, realizar una consulta ciudadana. En otras ciudades hay ejemplos de consultas en las que la ciudadanía ha decidido sobre distintas propuestas realizadas por arquitectos y urbanistas. Porque el urbanismo no es, ni será nunca, una mera cuestión técnica, sino que la decisión acerca de a qué se destina el suelo, y en beneficio de quién, es algo en lo que la ciudadanía puede y debe participar. La enorme importancia de este espacio para Málaga lo merece.
(*) Publicado en La Tribuna de diario SUR del viernes 19 de mayo de 2017

ASTORIA: UN NUEVO TIEMPO PARA LA CIUDADANÍA (*)

Imagen de El Confidencial
Desde hace días, se ha alentado una gran polémica en la ciudad por la “renuncia de Banderas” al Astoria. Decir, primero, que Banderas no “renuncia al Astoria”, como se ha dicho. Sencillamente, porque el Astoria no es de Banderas ni de nadie en particular, es de todos los malagueños y malagueñas.
Esa parcela, quizás es hoy la mejor de la ciudad, nos ha costado la friolera de 21 millones de euros, como consecuencia de la indecisión e improvisación del alcalde. Para hacernos una idea, casi la mitad de toda la inversión anual del Ayuntamiento.  
La retirada de Banderas y Seguí no supone el final. Al contrario, podemos y debemos retomar lo que en su día decidió el Pleno, y el PP no ha cumplido. A propuesta del entonces concejal Carlos Hernández Pezzi, el Pleno aprobó hacer un concurso de ideas y, a propuesta de Izquierda Unida, realizar una consulta ciudadana de entre las ideas más valoradas en ese concurso.  
La Carta Mundial del Derecho a la Ciudad, publicada por la UNESCO, entre otros documentos similares, establece que el “derecho a la ciudad” supone establecer los  instrumentos de participación para que la ciudadanía pueda decidir cómo disfrutar de los bienes y servicios públicos y transformar la ciudad misma, y que esos derechos de uso, goce y participación sean jurídicamente practicables y exigibles.
Para ejercer ese “derecho a la ciudad” la realización de consultas ciudadanas sobre los grandes temas que afectan al disfrute de la ciudad, como los proyectos urbanísticos que suponen decidir acerca de a qué, y en beneficio de quién, se destina el suelo público, es fundamental.
En otras ciudades (Madrid, Barcelona, Badalona, Sabadell, Valencia, A Coruña, Gijón, etc)  se han hecho consultas ciudadanas para decidir sobre distintas propuestas urbanísticas.
La importancia para Málaga de lo que se haga en el Astoria, merece una consulta ciudadana.
(*) Publicado en "El ala izquierda de La Casona" del diario Viva Málaga, el lunes 22 de mayo de 2017
Imagen de La Opinión de Málaga

jueves, 11 de mayo de 2017

VIOLENCIA FASCISTA EN MÁLAGA



Hace poco más de dos semanas que un joven malagueño fue asesinado en el centro de Málaga cuando celebraba su 22 cumpleaños. Pablo recibió una brutal paliza de sus agresores, a los que no conocía, sólo por intentar mediar en una discusión con la noble intención de evitar una pelea.

Sus asesinos actuaron de una manera vil y cobarde, golpeándolo a traición y pateándolo en la cabeza cuando estaba ya en el suelo.

Pero sus agresores no eran, solamente, unos simples malhechores o malas personas, “mala gente que camina y va apestando la tierra”, que decía el poema de Antonio Machado. Los detenidos como presuntos autores de este crimen eran nazis, miembros de grupos fascistas, y no simples de hinchas de grupos ultras del fútbol, como mencionan los medios. Este dato, sin embargo, se ha silenciado en la mayoría de los medios de comunicación para no “politizar” este crimen.

El asesinato de Pablo no tuvo, como en otras ocasiones, una motivación política, homófoba o racista. A Pablo lo mataron porque sí, simplemente por cruzarse en el camino de estas bestias inmundas. No es que esto aumente la gravedad del crimen. Cualquier crimen de esta naturaleza, tenga la motivación que tenga, es absolutamente execrable. Pero demuestra que cualquier persona puede ser víctima de la violencia fascista.

En los últimos años, según ponen de manifiesto diversos informes oficiales y de organizaciones sociales contra la intolerancia, han aumentado en toda España, y también en Málaga, los delitos de odio ideológico, homófobo, racista, y xenófobo, realizados por miembros de grupos fascistas.

Por ello, desde Málaga para la Gente consideramos peligroso que se silencien los crímenes  de las bandas fascistas. De igual forma, exigimos tolerancia cero con cualquier conducta que aliente el odio ideológico, homófobico, o racial.

Es la seguridad de todas las personas de bien lo que está en juego. La próxima víctima puede ser cualquiera.



(*) Publicado en la columna "El ala izquierda de la Casona" del diario Viva Málaga, el lunes 8 de mayo de 2017