Hemos tenido que esperar a
que terminara la campaña electoral para que el
nuevo gobierno andaluz, “el trifachito”, fruto de un pacto de gobierno
del PP y Cs investido con el apoyo de la ultraderecha, diese a conocer su
propuesta de presupuestos para este año 2019.
Y no es casualidad que lo
hayan hecho públicos después de las elecciones municipales: sabían ya que todas sus promesas no iban a tener un
sustento en estos presupuestos, que no apuestan por la ciudad de
Málaga y abandonan e incumplen muchas de las que durante años han sido promesas
electorales y reivindicaciones del propio Partido Popular.
En primer lugar, resulta muy grave el recorte de un
15% en las políticas de empleo, cuando Málaga está a la cabeza en desempleo
entre las ciudades andaluzas de más de 40.000 habitantes. En nuestra ciudad,
más de 60.000 personas están desempleadas (el 22% de la población), y de éstas
más de la mitad no cobran ningún tipo de prestación o subsidio. Más allá de que
los programas de empleo puestos en marcha por la Junta fueran insuficientes, y
su enfoque no fuera el adecuado, con estos recortes la situación va a empeorar.
Es incomprensible que se hagan recortes en una
materia tan necesaria para Andalucía, cuando lo que procedía era tomarse en
serio las políticas de empleo, creando nuevos programas para parados de larga
duración, apostando por más formación para el reciclaje de competencias y más
facilidades para que las empresas puedan crear puestos de trabajo de calidad.
Además, los presupuestos presentados no son
coherentes con la promesa electoral del propio Partido Popular de crear 600.000
puestos de trabajo, algo incompatible con este drástico recorte en las
políticas de empleo.
En materia de inversiones la provincia de Málaga es
una de las que menos inversión recibe por habitante en estos presupuestos. No
hay una apuesta por la ciudad más allá de las partidas ya comprometidas, como
el Metro, que según estas cuentas vuelve a retrasar las obras para su
finalización. Y resulta enormemente llamativo que no se haya incluido ni un
solo euro para realizar los estudios previos la ampliación de la línea 2 del
Metro de Málaga hasta el Parque Tecnológico de Andalucía (PTA). Y ello después
que haya sido una de las reivindicaciones del PP en el Parlamento Andaluz, y de
que el Alcalde planteara sustituir el metro al Civil por la prolongación al
PTA. Al final, ni el uno ni el otro.
Por otro lado, una de las principales inversiones
andaluzas reclamadas por la ciudad, el tercer hospital, ha visto su partida
reducida a un estudio previo de la situación de los terrenos, algo
completamente insuficiente. Y esta era una reclamación no sólo de los partidos,
sindicatos y colectivos que integrábamos la Plataforma por el tercer hospital,
sino del propio Consejo Social de la ciudad.
Las cuentas del nuevo gobierno andaluz tampoco
destinan recursos suficientes a uno de los grandes proyectos pendientes de la
capital, la regeneración del cauce del Guadalmedina, para el que solo se prevé
un estudio previo.
En definitiva, nos encontramos con unos presupuestos
que no van a suponer ningún cambio real para la ciudad, y que suponen prorrogar
una situación ya de por sí mala.
Es cierto que este, como cualquier presupuesto,
puede concitar opiniones enfrentadas, favorables y desfavorables, cada una de
ellas con su argumentación. Pero en este caso hay un dato objetivo para
enjuiciarlos, y es compararlos con las promesas electorales de hace pocos meses
del partido ahora en el gobierno, e incluso con lo que el Alcalde ha
reivindicado al gobierno andaluz durante casi veinte años, y que le han servido
para de justificar todos los males de la ciudad. A partir de ahora tendrá que
cambiar la cantinela. Seguramente será la de “la herencia recibida”.
(Publicado en mi columna "Contra viento y marea", de la revista http://www.revistaelobservador.com/, el 7 de junio de 2019)