El acto público convocado por Izquierda Unida en Málaga el pasado viernes 2 de mayo de 2014, denominado “Revolución Democrática y
Proceso Constituyente”, se incardina en la "campaña
de radicalidad democrática" impulsada en el seno de Izquierda Unida,
originada en un documento propuesta de Alberto
Garzón, y abierto al debate de la militancia
pero también de toda la ciudadanía. A continuación reproduzco el contenido de mi intervención en el mismo:
IZQUIERDA UNIDA ha abierto un debate sobre la necesidad de una
revolución política,
de radicalidad democrática en las reglas del juego político, y una revolución
económica, de
alternativas sociales a la estrategia neoliberal de ajuste económico.
Es un debate con un objetivo que
trasciende lo electoral. El objetivo es articular una mayoría social que
impulse la alternativa social y democrática a las políticas neoliberales que
están empeorando las condiciones de vida y aumentando el sufrimiento de la mayoría
de la gente. No nos conformamos con alcanzar el 15% de los votos, porque no es
suficiente para cambiar la correlación de fuerzas. Debemos ser capaces de
coordinar distintas luchas para sumar gente de los movimientos sociales, de las
organizaciones sindicales, de colectivos, para articular una mayoría social.
Considero que para articular esa
mayoría social que pueda impulsar la alternativa social y democrática a las
políticas neoliberales, es necesario implicarse en las políticas locales,
disputar el espacio local a la hegemonía actual de los defensores de las
políticas neoliberales. También en el terreno local está también en juego la
revolución económica y política.
En primer lugar, porque en lo local se concretan muchas luchas
globales. La defensa la una educación pública de calidad, por un sistema
sanitario público universal y gratuito, o de unos servicios sociales solidarios
y eficaces, pasan también por la defensa de una ordenación urbanística que
reserve suelo para suficientes equipamientos públicos, por la defensa de la
construcción de estos equipamientos en nuestro ámbito más cercano, nuestro
municipio o nuestro distrito. También la
batalla ideológica se dirime en buena parte en estas luchas locales.
En este sentido, las políticas locales determinan muchos aspectos concretos de las
condiciones de vida de la gente. Y no me refiero a cuestiones como la
limpieza, el acerado, o el tráfico, que están entre las más demandadas por la
ciudadanía a sus gobernantes locales. En contra de lo que se ha proclamado
desde la ideología dominante, y asumido por una buena parte de la clase
trabajadora, la gestión municipal no es
neutral, no “se trata de elegir a los
mejores gestores da igual que sean de derechas o de izquierdas”. La gestión
municipal tiene un componente de clase muy acusado. Se pueden destinar los recursos públicos, hoy muy limitados, a
políticas en favor de la mayoría de la gente o en favor de las clases más
favorecidas o de los poderes económicos dominantes
- Por
ejemplo, destinar el suelo y equipamientos
públicos, propiedad de todos los ciudadanos, para favorecer intereses privados
de muy pocos, es una política local de marcado carácter clasista, y muy
frecuente. Aquí en Málaga, por ejemplo: los
terrenos Repsol propiedad de la
ciudad tras el desmantelamiento de los depósitos que allí existían, el gobierno
municipal del PP acordó destinarlos a intereses especulativos, primero de la
una promotora, luego de una entidad bancaria, y finalmente del SAREB, para
entendernos el banco malo, en lugar al gran parque que reivindicaban las AAVV y
prometían los programas electorales. Y ello a pesar de encontrarse entre los
dos distritos más poblados de la ciudad y junto a algunos de los barrios más
densamente poblados de Europa. Otro ejemplo, el gobierno municipal del PP
acordó ceder los terrenos públicos de las antiguas
cocheras de El Palo a una sociedad privada participada por la ACB para unas
instalaciones deportivas privadas de alto standing, y precios, que no podrán
disfrutar la mayoría de los vecinos del distrito. Esto supone expropiar a las
clases populares para favorecer a las clases acomodadas que tendrán acceso a
unas instalaciones y servicios a un precio inferior que si ese centro deportivo
no hubiese obtenido el suelo municipal gratis. O en otro caso, como el del
edificio de la antigua fábrica de Tabacalera, se destinan cuantiosos recursos
públicos (más de 30 millones de euros) a rehabilitar unas instalaciones para
luego cederlas a una multinacional del negocio de los videojuegos.
En todos estos
casos las decisiones políticas tomadas desde el ayuntamiento no son neutrales, están destinadas a favorecer
intereses de los poderes económicos, o de las clases más favorecidas, en
detrimento de los intereses de la mayoría de la gente. Es evidente que esos
recursos (suelo, equipamientos o dinero) destinados a políticas sociales,
planes de empleo, servicios sociales o incluso a zonas verdes, contribuirían a
mejorar las condiciones de vida de la mayoría de la gente, especialmente las
más desfavorecidas.
- Del
mismo modo la privatización de servicios
públicos esenciales, como el agua o la limpieza, también se deciden en el
ámbito municipal, y en ambos casos suponen un servicio más deficiente y mucho
más caro para los ciudadanos y para las arcas públicas municipales (en el caso
del agua mucho más grave al tratarse de un recurso esencial, básico y
limitado). En ambos casos los grandes beneficiados de estas políticas
municipales son grandes constructoras y
sociedades participadas por los grandes bancos.
- También
en la Fiscalidad y tarifas municipales
se dirimen intereses de clase enfrentados. Se puede establecer un IBI que grave más las viviendas
suntuarias y grandes edificios comerciales (hasta un 10% más en el límite que
permite la ley), que penalice las viviendas y solares vacíos, también al límite
que permite la ley, que grave los bienes de la Iglesia no excluidos por los
Acuerdos de 1979. O se puede hacer todo lo contrario, como sucede en Málaga, y
acortar al máximo las diferencias de fiscalidad entre las viviendas de las
rentas más altas y las medias y bajas, al tiempo que exprimir a la mayoría de
la gente por no gravar más a los más favorecidos. Con el agua sucede lo mismo, como recientemente hemos visto en Málaga. Se
puede gravar más a los grandes derrochadores domésticos e industriales, u optar
como ha hecho nuestro alcalde por gravar más al 70% de los hogares.
Pero además, en las luchas de ámbito local se tejen muchas alianzas que son
necesarias para la construcción de esa mayoría social a la que aspiramos para articular
la alternativa social y democrática a las políticas neoliberales:
- Defensa
de espacios y equipamientos públicos para mejorar las condiciones de vida de la
ciudadanía frente al afán depredador de los poderes económicos favorecidos por
las políticas neoliberales, la defensa del patrimonio histórico, cultural y
arquitectónico contra los intereses especulativos de esos mismos poderes
económicos, o la defensa de los servicios públicos municipales frente al afán
privatizador de los poderes económicos, incluso la lucha contra la tarifa
injusta del agua, genera alianzas con colectivos y personas a los que no
llegamos quizás en campañas más generales: asociaciones y plataformas
vecinales, colectivos de defensa del patrimonio histórico y cultural, etc. El
caso de El Gamonal es paradigmático de cómo una reclamación vecinal, en un
asunto de competencia municipal, puede generar una movilización mayoritaria de
un barrio contra intereses especulativos que resultó victoriosa. Una lucha
local que contribuye a sumar y construir mayoría social.
De otro lado, también en la política
local resulta hoy evidente la necesidad de unas políticas alternativas de
radicalidad democrática. Las políticas
municipales adolecen de los mismos elementos antidemocráticos que han provocado
el actual desencanto de gran parte de la ciudadanía con la política:
- La falta de transparencia en la toma de las decisiones a las que
hacía alusión anteriormente, que se han negociado siempre secretamente con los
distintos grupos económicos beneficiados.
- El recorte de libertades en las ordenanzas locales se suma al
perpetrado por el gobierno del PP en nuestra legislación general. Las ordenanzas
de convivencia aprobadas en Málaga por el PP gravan el derecho de reunión y
manifestación, así como la actividad social y lúdica en la calle de los
colectivos ciudadanos, a excepción cabalgata, ferias y procesiones, y
actividades que organice o colabore el Ayuntamiento. Con lo que ello puede
suponer de arbitrariedad y clientelismo a la hora de decidir en que y con quién
se colabora.
- El recorte de la participación
ciudadana por
el gobierno municipal del PP, hasta dejarla en algo puramente testimonial y
aparente, como lo demuestran el desmantelamiento de los presupuestos
participativos o el vaciamiento y funcionamiento puramente testimonial de los
órganos de participación por distritos.
- Las redes de corrupción general tiene
raíces y conexiones locales.
En Málaga, como en otras ciudades gobernadas por el PP, los grandes contratos
públicos municipales fueron adjudicados a empresas que aparecen citadas en los papeles de Bárcenas.
-
En
el ámbito local, además, las redes de
clientelismo y corruptelas que se generan abarcan a muchas personas,
activistas y colectivos de distinto carácter de los barrios y clases populares.
Hasta el punto de poder afirmarse que el clientelismo y la corrupción son no
sólo notas características muy extendidas de las políticas municipales de
nuestros días, sino instrumentos para conseguir y perpetuar la hegemonía
política por los poderes dominantes.
Frente al discurso interesado en desprestigiar de forma
general la política, en IU consideramos que la política y la democracia no son
el problema, sino la solución. Necesitamos más democracia y más participación
efectiva de la gente en la política, más
poder a la gente. También y especialmente en la política local. Y es
posible empezar a hacerlo desde abajo, desde local. No es causalidad que los
presupuestos participativos (Porto Alegre) y otras iniciativas de radicalidad
democrática tuvieran su origen en experiencias locales de participación y poder
popular, sobre todo en América Latina..
Algunas de las propuestas radicalmente democráticas que
podrían empezar a ponerse en práctica en el ámbito municipal:
-
Rendición permanente
de cuentas por concejales y alcalde. Esto es algo que en IU de Málaga ciudad ya venimos
experimentando con las asambleas abiertas por distritos “el ayuntamiento a la
calle”, algo que debe y puede hacerse también desde el gobierno municipal si lo
alcanzamos.
- Remuneración justa de
cargos públicos y cargos directivos. Este tema es, desde hace tiempo uno de los principales
caballos de batalla de IU en el ayuntamiento de Málaga, denunciando la política
de derroche y descontrol del alcalde De la Torre en este tema (decenas de altos
cargos de libre designación sin funciones que los justifiquen, salarios
superiores en muchos casos al del propio alcalde y algunos por encima de los
100.000 euros anuales, y sobresueldos ilegales a altos cargos de algunas
empresas municipales). Sin embargo, al alcalde sólo recorta a la plantilla y a
la oposición, mientras aumenta los impuestos y tarifas municipales a la mayoría
de la gente. Nuestra propuesta y compromiso pasa por establecer unos criterios
homogéneos para cargos políticos electos y de libre designación, que en ningún
caso podrán tener remuneraciones superiores a las del funcionario de mayor rango,
y la eliminación de complementos no justificables.
- Referendos e
iniciativas legislativas populares. Proponemos que puedan realizarse referendos para los grandes
temas del municipio, e iniciativas populares municipales realmente realizables,
es decir con unos requisitos asequibles y no imposibles.
- Transparencia en las
finanzas públicas, con presupuestos participativos, decisorios y
autorregulados, y publicados en formato operativo.
- Participación
ciudadana en la gestión de los bienes y servicios públicos, con representación efectiva
de agentes sociales en los órganos de gestión de empresas y organismos
autónomos municipales, así como en la gestión de equipamientos municipales,
culturales, deportivos y otros.
-
Información imparcial por los medios de
comunicación locales.
En definitiva, no es nada nuevo, se trata de poner en
práctica el ya viejo y conocido axioma “piensa
globalmente, actúa localmente”.
Como conclusiones
destacaría que:
- La rebelión
democrática y social empieza por lo local, es imprescindible la implicación en
la política local de las organizaciones políticas, sociales y sindicales
alternativas a este sistema.
- La construcción de la
mayoría social requiere de las alianzas que se generan también en la
participación en las luchas locales.
- La batalla ideológica
se dirime también en las luchas y debates locales.
- El Proceso
Constituyente que desemboque en una democracia republicana en el Estado
Español, con nuevas reglas y nuevas instituciones para una sociedad más
democrática y participativa empieza por lo local.
Valga aunque sea como
anécdota histórica, y sin intención de establecer ningún paralelismo ni predicción,
recordar que la proclamación de la II República Española vino de la mano de
unas elecciones municipales.
También ahora es
necesario comenzar esta Revolución Democrática y Social desde local.