Hace pocos días, el Consejo
Internacional de Monumentos y Sitios Histórico-Artísticos (ICOMOS), entidad
asesora de la UNESCO, hizo público su Informe de “Evaluación del impacto del rascacielos en el Muelle de Levante en el
paisaje patrimonial de Málaga”. Y su conclusión es contundente: pide
renunciar a dicha edificación de 135 metros, por su enorme e irreversible
impacto en el paisaje patrimonial de Málaga pues “el impacto degradaría la imagen y excepcionales valores paisajísticos
de la ciudad y, muy particularmente, los patrimoniales”. ICOMOS, aboga por
que cualquier uso de la parcela ganada al mar en el dique de levante se adapte “a la escala del lugar” y a “un hito fundamental en el paisaje e
imaginario social de la ciudad: la Farola”.
Es cierto que el informe de
ICOMOS no es vinculante, como se han apresurado a señalar los partidarios del
rascacielos, pero no puede negarse su valor pues es la misma entidad en cuyos
Informes se apoya la UNESCO para declarar a una ciudad o enclave Patrimonio de
la Humanidad, como en el caso de los Dólmenes de Antequera.
Por ello, resulta ingenuo, o
mentiroso, negar valor a un Informe riguroso y exhaustivo, redactado tras analizar
abundante documentación, tomar datos de diez ubicaciones, entrevistar a
numerosos urbanistas, geógrafos, arquitectos, grupos municipales, profesores de
la Universidad, representantes de colectivos sociales y entidades de tanto
prestigio como la Real Academia de Bellas Artes de San Telmo o la Academia Malagueña
de las Ciencias.
Es evidente que el Informe de ICOMOS
supone un duro golpe a la legitimidad y justificación del proyecto y nos da la
razón a quienes integramos la amplísima oposición al rascacielos. Por ello,
quienes apoyan el rascacielos, tanto administraciones (Autoridad Portuaria,
Junta y Ayuntamiento, como partidos (PP, PSOE y Cs), escuchen a la ciudadanía y
los expertos y den marcha atrás.
*Publicado en mi columna "El ala izquierda de la Casona", del diario Viva Málaga del lunes 19 de enero de 2018
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