“Desbloqueo” y “estabilidad” son estos días en
las palabras más repetidas en los actos electorales.
Nos dicen que es necesario desbloquear
la formación de gobierno y dar estabilidad al país. Cierto, es necesario dar
estabilidad y desbloquear las vidas de la gente honesta y trabajadora.
Garantizar empleos dignos, con derechos,
con salarios decentes, viviendas asequibles, sanidad y educación públicas y de
calidad, y pensiones dignas para las pensionistas de hoy y de mañana. Esas son
las cuestiones que hay que desbloquear en España y la estabilidad y seguridad
que la gente común necesita.
Y todo esto nos lo jugamos en las
próximas elecciones. Se aproxima una nueva crisis, aunque realmente nunca
desapareció para la mayoría de la gente, pero ahora los poderosos planean nuevos
recortes de salarios, de derechos, de servicios públicos, lo que supondrá más
desigualdad en uno de los países más desiguales de Europa. Y un “nuevo consenso
constitucional” que consagre esa pérdida de derechos para las próximas
generaciones.
Y les estorba Unidas Podemos, porque mientras sea determinante para formar gobierno, no
podrán llevar a cabo esos recortes antipopulares.
Al contrario, si Unidas Podemos es
determinante, podremos derogar la Reforma Laboral que ha cambiado empleo digno
por contratos basura; forzar una nueva subida del Salario Mínimo como hicimos
recientemente; regular los precios del alquiler para que la vivienda sea un
derecho y no un producto para especular; bajar la factura de la luz, en lugar
de rendir pleitesía a las eléctricas de las puertas giratorias.
Por eso han
forzado la repetición de las elecciones, para acabar con el obstáculo a sus
planes que representa Unidas Podemos y creen que el
cansancio acumulado de la gente común hará mella en el voto de izquierdas. Del
resultado de Unidas Podemos dependerá frustrar la hoja de ruta de los poderosos
y construir la esperanza.
(Publicado en mi columna "El ala izquierda de la casona" del diario Viva Málaga, el 23 de octubre de 2019).
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