La Alcazaba
de Málaga, (en
árabe
“la
ciudadela”),
es
una
fortificación
palaciega
construida
sobre
la
roca
en
época
musulmana,
hace
más
de
mil
años,
sobre
una
anterior
fortificación
de
origen
fenicio-púnico,
que
destaca
por
la
armoniosa
conjunción
de
las
necesidades
defensivas
y
la
serena
belleza
de
sus
estancias
y
jardines
interiores.
Desde
su
construcción
fue
una
fortaleza
urbana,
sede
político-administrativa
del
gobierno
y
aposento
de
los
jerarcas
y
funcionarios
de
la
medina.
En
la
actualidad
ocupa
una
superficie
de
15.000
metros
cuadrados,
ni
la
mitad
que
en
su
época
de
esplendor.
Para
algunos
especialistas,
es
el
prototipo
de
la
arquitectura
militar
del
periodo
taifa
del
siglo
XI.
Según
todos
las
encuestas,
es
considerado
el
principal
monumento
de
nuestra
ciudad
por
la
mayoría
de
la
ciudadanía
malagueña,
y
por
quienes
nos
visitan,
A
pesar
de
ello,
y
en
la
actualidad,
tras
más
de
ocho
años
desde
su
última
restauración
a
cargo
de
la
Junta
de
Andalucía,
la
Alcazaba
presenta
numerosas
carencias:
estado
de
conservación
deficiente
en
muchos
puntos
(la
Torre
del
Homenaje
está
en
ruina),
gran
parte
de
su
superficie
está
aún
sin
excavar,
y
carece
de
un
Plan
de
Accesibilidad
que
permita
un
recorrido
mínimo
a
las
personas
con
movilidad
reducida.
Sin
embargo,
y
a
pesar
de
contar
con
la
declaración
genérica
de
protección
basada
en
el
Decreto
de
22
de
abril
de
1949,
y
en
el
marco
la
Ley
16/1985
sobre
el
Patrimonio
Histórico
Español,
no
cuenta
en
la
actualidad
con
la
consideración
como
conjunto
cultural,
declaración
amparada
en
la
Ley
del
Patrimonio
Histórico
de
Andalucía,
que
permitiría
una
mayor
protección,
mejor
gestión,
y
mayores
inversiones
para
su
mejora.
En
la
actualidad,
la
gestión
de
este
monumento
emblemático
de
Málaga
es
municipal,
llevándose
desde
un
servicio
del
Área
de
Cultura,
y
ni
siquiera
tiene
una
partida
propia
en
los
Presupuestos
Municipales
de
este
año
(frente
a
los
dos
millones
de
euros
para
el
Museo
Thyssen,
o
los
tres
que
recibe
el
CAC,
por
poner
solo
un
par
de
ejemplos).
No
existe
así,
ni
un
órgano
específico
encargado
de
su
gestión,
ni
un
Plan
Director
que
establezca
las
medidas
de
protección,
mejora
y
conservación
de
las
edificaciones,
los
jardines,
el
entorno
natural
y
medioambiental,
restauración,
excavaciones
e
investigaciones,
y
que
desarrolle
los
proyectos
de
difusión
de
este
legado
a
la
ciudadanía
de
Málaga
ya
sus
visitantes.
Este
hecho
contrasta
con
la
situación
de
la
Casa
Natal
de
Picasso,
que
tiene
cuatro
veces
menos
visitantes,
130.426,
y
dispone
de
una
órgano
de
gestión
y
presupuesto
propio.
Por
señalar
solo
un
detalle:
en
la
actualidad
los
ingresos
por
las
entradas
a
La
Alcazaba
no
revierten
en
el
mantenimiento
y
mejora
del
monumento,
sino
que
van
a
la
caja
general
del
Ayuntamiento,
algo
que
no
ocurriría
si
se
declarara
conjunto
cultural
y
contara
con
su
órgano
de
gestión
propio.
Y
ocurre
que
el
Área
de
Cultura
del
ayuntamiento
está
otorgando
pocos
fondos
para
la
rehabilitación
y
el
mantenimiento
del
conjunto
monumental.
La
declaración
como
conjunto
cultural,
con
un
órgano
de
gestión
específico
y
un
Plan
Director,
permitiría
acceder
a
más
fondos
públicos,
y
por
tanto
a
más
inversiones,
lo
que
abriría
mejores
perspectivas
para
su
rehabilitación,
mantenimiento
y
conservación,
y
relanzaría
la
recuperación
de
zonas
no
excavadas
o
que
en
la
actualidad
están
cerradas
al
público.
Desde
Izquierda
Unida
hemos
venido
planteando
iniciativas
con
relación
al
conjunto
monumental
formado
por
la
Alcazaba
y
el
castillo
de
Gibralfaro,
solicitando
que
se
inste
su
declaración
como
conjunto
cultural,
se
dote
de
un
órgano
de
gestión
específico,
con
la
participación
de
la
Junta
y
la
Universidad,
y
que
se
redacte
un
Plan
Director
(mociones
presentadas
en
los
plenos
municipales
de
fecha
30
de
octubre,
27
de
noviembre
de
2008,
29
de
octubre
de
2009,
y
28
de
abril
de
2011,
y
25
de
enero
de
2013).
Nuestras
propuestas
han
tenido,
además,
numerosas
adhesiones
de
colectivos
sociales,
como
la
asociación
cultural
Zegrí,
y
el
respaldo
de
expertos,
como
los
profesores
de
Historia
de
la
Universidad
de
Málaga
Ángel
Galán
o
Manuel
Acién,
entre
otros.
El
26 de abril de 2011, el Parlamento andaluz aprobó una Proposición
No de Ley (PNL) presentada por el grupo de Izquierda Unida, por la
que se acordaba la declaración de la Alcazaba - Gibralfaro como
conjunto monumental, supeditada a que el Ayuntamiento de Málaga así
lo solicitase y se responsabilizase de la redacción y ejecución del
Plan Director del monumento. De acuerdo con nuestra propuesta, el
órgano director contaría con la participación de todas las
administraciones, incluida la Universidad y la Junta de Andalucía,
lo que supondría también contar con más apoyo económico, y el
Ayuntamiento seguiría siendo el titular del monumento.
La
negativa
del
equipo
de
gobierno
municipal
a
que
se
declare
conjunto
cultural,
y
dotarlo
de
un
Plan
Director
y
órgano
de
gestión
específico,
junto
al
estado
de
abandono
y
carencia
de
inversiones
en
que
lo
mantiene,
evidencia
el
nulo
interés
del
PP
de
Málaga
en
este
monumento
milenario
de
la
ciudad
de
Málaga.
El
anuncio del Concejal-Delegado de Cultura de duplicar el precio de la
entrada hasta los 4 ó 5 euros, da una idea de lo que les importa que
el monumento sea conocido y visitado por la ciudadanía malagueña.