martes, 5 de marzo de 2013

HISTORIA DE DOS CIUDADES… O DOS HISTORIAS DE UNA CIUDAD


El discurso oficial al que nos tienen acostumbrados el alcalde y el PP de Málaga, nos describe una imagen idealizada de la ciudad, la Smart City, una de las más inteligentes de España, y referente internacional en innovación del conocimiento, cultura, nuevas tecnologías, y sostenibilidad. Y con un Ayuntamiento, aseguran, que es hoy líder en transparencia, políticas sociales y servicios públicos de calidad.

 “Nunca la ciudad ha tenido tan importantes espacios reservados para uso cultural”, decía el alcalde en el último Debate sobre el estado de la Ciudad, añadiendo que “la lista de proyectos supera la capacidad de los edificios”, algo que resulta sorprendente, dada la lista de edificios municipales, destinados a un uso cultural, vacíos y sin proyecto definido (Tabacalera, Astoria-Victoria, la antigua prisión, el “cubo” del muelle 1, entre otros ejemplos).

También entonces presumía el Alcalde de “una red de museos como pocos ayuntamientos tienen en España y una atractiva oferta cultural”, poniendo como ejemplos el CAC, el Thysen, o el Festival de Málaga de Cine.

Sin embargo, este relato oficial dibuja un paisaje idealizado y ajeno a la realidad, a la dura realidad de los barrios, de las personas que sufren, de los de abajo, de la inmensa mayoría.

Una dura y dramática realidad de una ciudad en la que el paro alcanza ya a más de 81.000 personas, con una cuarta parte de la población, en algunas zonas más, está en situación de pobreza, siendo los menores y las mujeres los colectivos más castigados. Las políticas de austeridad están devolviendo funciones de la administración a las familias, fundamentalmente a las mujeres, y el incumplimiento por el alcalde de promesas electorales tales como guarderías, centros de mayores y pisos tutelados, empeora la situación de las mujeres de esta ciudad.

Desgraciadamente, si hay algo en lo que Málaga es hoy referente español y europeo es en desigualdad, que es superior a la media española y europea y que sigue aumentando (el 10 % de las personas más ricas acaparan el 23% de la riqueza, mientras que el 20% más pobre apenas posee el 7 % de la riqueza de la ciudad).

El discurso oficial del PP y del alcalde silencia el drama de los 1.500 desahucios ejecutados en Málaga en 2012, mientras menos de mil personas y entidades son propietarias de más de 50 mil inmuebles.

También calla la “historia oficial” la grave situación de emergencia alimentaria que padece Málaga, con miles de personas dependientes para su alimentación diaria del reparto que realizan, con grandes dificultades, decenas de organizaciones voluntarias.

Esta situación de grave emergencia social que se vive en Málaga viene provocada por las políticas neoliberales de este gobierno y de los anteriores, pero el gobierno municipal, con el alcalde a la cabeza, también es responsable, no solo porque sustenta la mayoría parlamentaria que aprueba medidas antisociales, sino porque en Democracia la cuestión central es para quién se gobierna, y el alcalde y el PP no gobiernan para la mayoría de la ciudadanía.

Muestra de ello es la privatización de espacios y equipamientos públicos que empobrece a la mayoría, sobre todo a quienes no tienen medios para usar los servicios y equipamientos privados.

Ocurre igual con los Convenios Urbanísticos firmados al amparo del PGOU sobre terrenos anteriormente industriales (Repsol, Martiricos, Térmica), que el crecimiento natural de la ciudad permitía, como en otras muchas ciudades, ganar para equipamientos públicos y zonas verdes en distritos muy carentes, y que fueron recalificados para uso residencial con el consiguiente “pelotazo” de las promotoras. Hoy que la crisis económica ha parado lo que el sentido común no pudo parar, los titulares de los terrenos, como Nova Caixa Banco (entidad destacada en los desahucios, en la estafa de las participaciones preferentes, en las ayudas públicas millonarias, y en las indemnizaciones millonarias a sus ejecutivos), alegan que las condiciones económicas han cambiado. Y el gobierno municipal les permite pagar con parte de la edificabilidad que ya se le otorgó a cambio de dinero: Un auténtico pelotazo sobre el pelotazo.

Y mientras la ciudadanía reclama cada vez más participación y transparencia, el PP liquida, silenciosamente, uno de los tímidos y aún precarios espacios de participación ciudadana, los presupuestos municipales participativos, sustituyéndolos por consejos sectoriales meramente consultivos y que casi no reúnen.

Y qué decir de la política cultural de la que tanto presumen: más de cinco millones de euros anuales nos cuestan el Museo Thyssen y el CAC, un museo bajo una gestión privada opaca, ineficaz, y ajeno a las experiencias creadoras locales. Y se priorizan proyectos faraónicos sobre las necesidades culturales de la gente y los barrios: Solo con el dinero malgastado en Art Natura se podría multiplicar por 12 el presupuesto de actividades culturales, o por 15 el de las bibliotecas municipales.

Por no hablar de cuestiones como movilidad sostenible o zonas verdes, donde seguimos a la cola de Europa y de España.

La gran novela de Dickens “Historia de dos ciudades” se ambienta en París y Londres durante los años de la Revolución Francesa. Escuchando el discurso triunfalista del Alcalde sobre la ciudad, y comparándolo con la dramática realidad, pueden parecer dos ciudades distintas, aunque más bien se trata de dos historias de una ciudad, Málaga, en este caso una historia de fantasía y otra historia crudamente real.

2 comentarios:

  1. Eduardo, es loable todo tu comentarios sobre nuestra ciudad hay ciento de cosas aparcadas, proyectos que, solo se ha quedado en eso, y una situación ciudadana insostenible, en todos los aspectos.espero por el bien de Málaga y sus ciudadanos que cambien las cosas pronto. Gracias

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  2. Cómo dices son dos historias y, la del señor de la Torre es también real. Consiguen éxitos en la consecución de sus intereses y visión de la ciudad, para el PP la realidad macro, grandilocuente, que persigue la puesta en marcha de un espacio (Málaga)cómo negocio para los grandes capitales: sean multinacionales extranjeras o españolas, grandes corporaciones turísticas, financieras, promotoras inmobiliarias... .
    Para ello necesitan de su escaparate macro, dirigiendo Málaga como mercancia y no como ciudad para convivir dignamente.
    Por ello olvidan, no ven la realidad de la mayoría de malagueñ@s, no entran en su visión, en su mirada de Málaga no existen como ciudadan@s sino como stock de mercancias: sustituibles, mejorables, desechables.
    Por ello, el paro, los desahucios, suicidios, la busqueda en cubos de basura, los abuel@s alimentando con sus pensiones a la familia, no forman parte de su mirada, ni de sus discursos, ni de sus políticas, mientras derrochan millones de € en el fasto publicitario vociferando la venta de Málaga-Mercancia.
    Dónde esta la prioridad presupuestaria en políticas activas de empleo, en prestación de servicio sociales, en apoyo a las necesidades ciudadanas en las barriadas... .
    Eduardo, reconforta ver como gentes como tú trabajan por una Málaga para la convivencia, digna y que abarcan a tod@s l@s ciudadan@s. Málaga para trabajar, disfrutar, crear, descansar, crecer, vivir y convivir. Málaga espacio vital.

    Un abrazo Eduardo, hermano.

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