En pleno
ecuador de la corporación municipal 2011-2015, pasados dos años justo desde las
últimas elecciones municipales (22 de mayo de 2011) y a dos años vista de las
próximas elecciones municipales de 2015, es momento propicio para evaluar la gestión
del actual equipo de gobierno con su alcalde al frente y realizar algunas
conclusiones.
Lo primero
que cabe destacar es el incumplimiento sistemático de las promesas del programa
electoral del PP en las elecciones municipales de 2011. El alcalde no ha sido
capaz de llevar a cabo ni uno solo de los grandes proyectos con los que se
presentó a esas elecciones, como los proyectos para Tabacalera o el edificio de
los cines Astoria-Victoria, que han supuesto un derroche de muchos millones de
euros y un gran fiasco. Pero además, De la Torre no ha sido capaz de cumplir
promesas electorales tan básicas como el plan de guarderías o el de mercados.
Algunos de estos incumplimientos, incluso, no suponían coste económico, como
aumentar el horario de apertura de las bibliotecas para que los estudiantes
pudieran usarlas en época de exámenes.
Por eso,
podemos concluir que el señor De la Torre no tiene proyecto de ciudad, ya que es incapaz de llevar a cabo ni uno solo
de los proyectos que promete. Y ante esta carencia de proyecto, sigue
recurriendo sistemáticamente a la confrontación con la Junta de Andalucía que
tantos resultados le ha dado hasta ahora. Prueba de ello, es que el 90 por
ciento de las mociones que ha presentado el grupo popular en estos dos años de
corporación municipal han sido para confrontar contra el Gobierno Andaluz en
lugar de presentar propuestas serias para la ciudad.
Pero además,
el señor de la Torre demuestra no tener palabra, y tras casi 20 años de
gobierno del partido popular, se ha terminado por instalar en la ciudadanía un
sentimiento de resignación a que el alcalde anuncie una y otra vez proyectos
que nunca cumple.
Otra
característica a destacar de esta etapa es que el alcalde carece de equipo:
cuatro reestructuraciones en dos años, es decir una cada seis meses, lo que
supone un gobierno débil, en el que el primer edil ha visto cómo se le
derrumbaba definitivamente el anuncio estrella que hizo al comienzo de la
corporación de hacer de ésta la corporación de los distritos y los barrios,
nombrando un concejal o concejala en exclusividad para cada distrito. Pero
además, en esta última etapa el alcalde se ha mostrado incapaz de cohesionar a
su equipo de gobierno, lo que se ha puesto de manifiesto en varias ocasiones,
como el futuro del edificio de los cines Astoria y Victoria o, más
recientemente, en la polémica sobre el diseño de los chiringuitos, en la que el
propio alcalde, la concejala de playas, el concejal de Turismo, y hasta el
mismo Presidente del PP y de la Diputación, han mantenido opiniones diferentes,
y la ciudadanía no sabe cuál es la del Partido Popular.
En el
balance de estos dos últimos años de gobierno municipal del Partido Popular en
Málaga, es destacable también la falta de transparencia, y es que De la Torre
gobierna el Ayuntamiento como si fuera su cortijo. Así lo demuestran casos de
enchufismo, como el de Emasa, sobresueldos ocultos como los de la empresa
Parcemasa, o complementos vitalicios como los de los ex altos cargos de la
Gerencia Municipal de Urbanismo. En este sentido ha de recordarse otra promesa
incumplida del alcalde como era la de bajar al 50 por ciento los sueldos de
gerentes y directivos, y el número de asesores en un 10%, lo que no sólo no lo
ha hecho, sino que va rotando los asesores que no mantiene en su puesto
encontrándoles siempre acomodo en otras áreas del Ayuntamiento e incluso en la
Diputación.
Pero siendo
todo esto grave, lo peor es que el alcalde, Francisco de la Torre, vive en un
mundo paralelo a la realidad de la mayoría de la ciudadanía, y no ha comprendido
aún que la prioridad del Ayuntamiento debe ser atender las necesidades básicas
de la mayoría de los ciudadanos. Mientras vemos como aumenta la tasa del
desempleo de manera alarmante, como miles de familias en Málaga dependen del
reparto de alimentos básicos para subsistir, como la pobreza alcanza a cada vez
más personas, siendo los niños el colectivo más afectado, el Alcalde sigue
ajeno a toda esta realidad y no consiente que el Ayuntamiento realice planes
especiales y urgentes para luchar contra todos estos problemas.
Así, ha de
recordarse que Izquierda Unida ha propuesto en varias ocasiones la puesta en
marcha de un plan municipal de medidas extraordinarias y urgentes contra la
pobreza, y un plan especial de empleo municipal. En lo que respecta al primero
hay un gran número de iniciativas que puede propiciar el Ayuntamiento desde sus
propias competencias, desde Servicios Sociales hasta subvencionar los impuestos
y tasas de servicios públicos o el transporte. En cuanto al empleo, no es
cierto que el Ayuntamiento no tenga competencias en esta materia como pretexta
De la Torre para no aceptar la propuesta, mientras derrochar fondos municipales
en proyectos fallidos y en sueldos vitalicios y desmedidos.
Tal es la
sensibilidad ante estos problemas de nuestro alcalde que lo que, mientras crece
en Málaga el número de personas y familias sin vivienda, se dedica a mandar a
la policía para denunciar a las familias desahuciadas que se realojan en las
viviendas vacías de las entidades bancarias.
Por todo esto,
a dos años vista de las próximas elecciones municipales la hemos de acabar con
la resignación que parece haberse instalado en la ciudadanía ante un alcalde
sin palabra, sin proyecto de ciudad, sin equipo cohesionado y que vive de
espaldas a la dura realidad de sus vecin@s. Porque Málaga merece un cambio.
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