La gestión del servicio de la limpieza en Málaga, se ha convertido en el
tema central de la actualidad municipal. Y no es de extrañar, diversos factores
contribuyen a ello.
En primer lugar, la proximidad del fin del contrato del servicio de
limpieza con LIMASA III (abril de 2017), ha reavivado el debate sobre el modelo
de gestión.
Además, el precio anual de la limpieza en Málaga es de los más caros de
España (74€/habitante), tan sólo por detrás de Barcelona (107 €/habitante),
Madrid (78 €/habitante) y la ciudad vizcaína de Getxo (84 €/habitante), según
un estudio de la OCU de abril de 2015 sobre las 60 ciudades, capitales de
provincia y grandes municipios, de España (*). Comparada con otras ciudades
de similar tamaño, contrasta con los 61 euros por habitante en Sevilla, los 58
de Zaragoza, o los 36 de Valencia.
Pero lo más llamativo, es que en el ranking de valoración por la ciudadanía,
Málaga ocupa el puesto 52º de los 60
municipios encuestados. Es decir, el descontento ciudadano sobre el estado de
la limpieza en Málaga, sobre todo en los barrios, es de los más altos de España.
En resumen, tenemos una de las ciudades más sucias de España y con uno de
los servicios de limpieza más caros para sus habitantes.
El alcalde Francisco de la Torre, lejos de reconocer esta realidad, echa
mano de distintas excusas. La más peregrina es la del clima de la ciudad: “como llueve menos, nuestras calles están
más sucias”. Argumento absurdo que, de ser cierto, sería aplicable a otras
muchas ciudades (como Cádiz, Córdoba, Las Palmas, Sevilla, Granada o Murcia) en
las que lloviendo igual o menos que en Málaga, están más limpias.
Otra de las excusas del alcalde es el incivismo. Es cierto que el civismo
en Málaga es muy mejorable, pero no es ni la única, ni la principal explicación
de la deficiente y carísima limpieza. Hay un elemento mucho más relevante para
explicar cómo una de las ciudades con la limpieza más cara de España, es una de
las ciudades más sucias.
Hagamos un poco de historia. En 2001, tras quedar desierto el concurso para
elegir los socios privados de LIMASA, el Alcalde instó a los concursantes FCC,
URBASER y SANDO a constituir una UTE a la que adjudicó directamente el servicio,
con el 51% de las acciones. En 2003 se firmó un nuevo acuerdo que garantizaba a
los socios privados unos beneficios no inferiores al 2% de la cifra de
negocios. No extraña que este contrato fuese denominado su día como “el contrato del siglo”. Y es que, fuera
cual fuera la gestión empresarial y los resultados, los socios privados aseguraban
sus beneficios millonarios. Por supuesto, si se sobrepasaba ese porcentaje de
beneficios, no había contraprestación alguna al Ayuntamiento. A estas
cantidades había que añadir las obtenidas en concepto de “Asistencia Técnica”, “Costes
de estructura”, y “Costes
Financieros”, conceptos que suponían beneficios encubiertos. Esto ha supuesto para FCC, SANDO y UBASER unos
beneficios de más de 50 millones de euros en los últimos diez años (según
datos extraídos de las memorias anuales de LIMASA).
Es falso el argumento del PP de que la causa del
alto precio de la limpieza sean los “altos” salarios de la plantilla. Los salarios brutos medios de la
plantilla de LIMASA están más bien a la cola de las empresas municipales en
Málaga, según datos extraídos del Presupuesto municipal de 2015.
La principal razón de esta situación, además de
la irresponsable gestión y la falta de control del equipo de gobierno del PP,
es un modelo de gestión del
servicio ruinoso, en el que los
beneficios de los privados vampirizan las arcas municipales.
Desde IZQUIERDA UNIDA siempre defendimos la municipalización del servicio
de limpieza para hacerlo más barato y eficiente. Un informe interno de 2012 de la propia LIMASA fijaba un ahorro de hasta
47 millones de euros en cinco años si se municipalizara la empresa: más de 9
millones anuales, gracias a la eliminación del IVA, del coste de los
alquileres y de los beneficios privados. Con más de nueve millones de euros
anuales podría rebajarse el coste de limpieza, aumentar y mejorar sensiblemente
los medios técnicos, y contratar más personal (fijo y eventual) para tener una
ciudad más limpia, sobre todo en los barrios.
El grupo municipal de Málaga para la
gente lo hemos vuelto a plantear en el Pleno municipal de 29 de octubre
pasado. Y el PP lo ha vuelto a rechazar, pareciera que menos preocupado por la
limpieza de la ciudad y el bolsillo de la ciudadanía, que por no contrariar a
SANDO, FCC y URBASER, empresas que, por cierto, aparecen en los papeles de
Bárcenas como presuntos donantes del Partido Popular.
(Artículo publicado en La Tribuna del diario SUR, el viernes 13 de noviembre de 2015)
Fdo. Eduardo Zorrilla Díaz
Portavoz del grupo municipal de Málaga para la gente