Ayer,
miércoles 20 de julio, acudí al Juzgado de Primera Instancia nº 14 a resultas
de la demanda de conciliación de Brasser II, la promotora que quiere demoler La
Mundial. La demanda de conciliación es requisito previo y necesario para poder
interponerme la querella criminal “por injurias graves con publicidad” con la
que me amenaza dicha promotora si no me retractaba de mis afirmaciones sobre su
insolvencia económica para llevar a cabo el proyecto urbanístico especulativo de
Hoyo Esparteros.
Ni
que decir tiene que, no sólo no me retracté, sino que me ratifiqué en mis
afirmaciones sobre dicho proyecto urbanístico y sobre la mencionada promotora.
En primer lugar, porque todas
mis afirmaciones sobre el proyecto urbanístico de Hoyo de Esparteros y sobre la
citada promotora son veraces y
verificables. Es
público y notorio que la promotora ha incumplido las obligaciones derivadas del
convenio urbanístico de planeamiento, y su adenda, firmado en su día por Promociones
Brasser II y el Ayuntamiento de Málaga. Basta examinar el expediente ejecutivo
de Gestrisam contra la citada promotora por impago de sus obligaciones para
comprobar los incumplimientos de pagos de la misma. Y es de acceso público el
Registro de la Propiedad donde consta que las fincas propiedad de Promociones
Brasser II, que son objeto del citado proyecto urbanístico, cuentan con embargo
preventivo no sólo por parte del Ayuntamiento, sino también, y anteriormente,
por BBVA y por acreedores particulares.
Ocho
años después de la firma del convenio urbanístico, y cuatro desde la
modificación del PEPRI Centro, la incapacidad de la empresa Brasser para
ejecutar el proyecto urbanístico resulta evidente ya que, no ha cumplido sus
obligaciones con el ayuntamiento ni ha avanzado sustancialmente en la ejecución
urbanística. El
proyecto de Hoyo Esparteros ha fracasado estrepitosamente, la zona sigue en el mismo
abandono, habiendo aumentado su degradación urbanística, y ello no sólo por la
incapacidad del promotor para ejecutarlo, sino porque desde el principio era una
apuesta especulativa, y depredadora del patrimonio de la ciudad, incapaz de
regenerar la zona.
Pero
además, todas mis manifestaciones sobre el proyecto urbanístico de Hoyo
Esparteros, tanto en sede institucional como ante los medios de comunicación, las
he realizado en mi calidad de portavoz del grupo municipal de Málaga para la Gente,
y en ejercicio del derecho de crítica y
de mi responsabilidad para con nuestros electores, con quienes me obliga un
programa electoral de oposición a un modelo de urbanismo especulativo y de
defensa de nuestro patrimonio histórico, cultural y arquitectónico.
La
verdadera razón de su demanda y amenaza de querella, es que la promotora Brasser quiere amedrentar a
toda la oposición. Y lo hace en mi persona porque sabe que nuestro grupo
municipal es la “piedra angular” de la oposición a este proyecto, por nuestra
oposición coherente y rigurosa desde hace muchos años.
Pero
no lo van a conseguir. Ni en mi experiencia en los años 90 de lucha judicial
contra los delitos urbanísticos del gilismo, pudieron amedrentarme las amenazas
del entramado gilista, ni lo harán ahora las amenazas de esta promotora. Quien piense que a mí o a mi compañera
Reme, comunistas convictos y confesos, pueden amedrentarnos y doblegarnos con
amenazas de querellas, ni cosas peores, es que ni nos conoce a nosotros, ni
conoce nuestra Historia: "Porque fueron, somos. Porque somos,
serán..."
Además, con el apoyo, la solidaridad y el
cariño mostrado por tantísimas personas honestas y luchadoras, que agradezco
infinitamente, y de las que no me atrevo a mencionar ninguna porque me dejaría otras
muchas en el tintero, es imposible decaer en el ánimo para seguir luchando.
Porque con sus ánimos me insuflan aún más moral y energía para seguir
luchando contra el urbanismo especulativo y en defensa del patrimonio histórico,
cultural y arquitectónico de todas las malagueñas y los malagueños.
Como dijera el compañero Marcelino Camacho, “ni
nos domaron, ni nos doblegaron, ni nos van a domesticar”.
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