La nueva tarifa por suministro del agua de
EMASA está suscitando una intensa polémica y una justificada alarma social. No
es para menos, en estos momentos una gran parte de la población malagueña está
experimentando una disminución drástica del nivel de vida. Según datos de EMASA, en 2012 se cortó el
suministro por impago a 6.811 hogares. En este contexto, el gobierno municipal del PP aprueba unas nuevas tarifas que
subirán la factura del agua a más del 60% de los hogares malagueños.
Es, además, una subida encubierta y
mendaz de la tarifa del agua. El gobierno municipal ha aprovechado una justa
reivindicación, como es tener en cuenta el número de residentes por vivienda
para establecer el precio del agua consumida. Y ello porque el consumo
doméstico del agua se tarifa por tramos y progresivamente, de modo que a mayor
consumo se aplica un tramo superior que supone un precio del litro de agua
superior, lo que perjudicaba a los hogares con más habitantes.
Pero el gobierno municipal, aprovechando
esta justa reclamación, ha modificado a la baja los tramos de consumo para
conseguir una subida generalizada de las tarifas.
La modificación de los metros cúbicos
asignados a cada tramo en la nueva tarifa no corresponde a los datos de consumo
en Málaga. Así, según datos de EMASA, la media de consumo por habitante es de
112 litros diarios, es decir 3,36 m3 por habitante al mes. Según la nueva
tarifa del agua, a un consumo de 3,36 m3 al mes le sería aplicable el precio
del tramo III, sea cual fuere el número de residentes en esa vivienda.
Mientras, el tramo I, el más barato, solo se aplicaría a consumos inferiores a
2 m3 por habitante al mes (antes 5 m3), es decir a consumos inferiores a 66,66
litros diarios por persona. Piénsese que una ducha consume 15 litros por
minuto, por lo que en solo cinco minutos se consumen 75 litros, más de esos
66,66 litros diarios del primer tramo.
Según EMASA, la nueva tarifa supondrá
una subida en aquellos hogares habitados por hasta tres personas. Según el
Instituto Nacional de Estadística, el 60,4% de los hogares malagueños tienen de
uno a tres habitantes.
Desde IU hemos pedido a los ciudadanos
que nos envíen sus facturas ( quepasaconemasa@gmail.com, o por twitter: #QuePasaConEMASA)
para comprobar los efectos reales del cambio de facturación. Los datos
recabados en pocos días demuestran que, a iguales consumos, las facturas
experimentan subidas de hasta un 70% en viviendas habitadas por una persona, y
de hasta un 20% en las habitadas por dos, y una leve subida en las habitadas
por tres.
El Alcalde, además, oculta a la
ciudadanía las verdaderas causas de esta subida. Hace un año, el gobierno
municipal acordó modificar la naturaleza jurídica de la tarifa del agua de tasa
a precio privado. Entonces, el Alcalde aseguró que no supondría una subida de
la tarifa. No lo supondría… a corto plazo, porque, como ya advertíamos, esta
modificación aparentemente jurídico-formal no era casual, y permitiría subir el
precio del agua libremente, al no estar como precio privado sujeto, como lo
está la tasa, al equilibrio entre costes y el precio. El Alcalde no ha tardado
en darnos la razón.
El Alcalde oculta también la principal causa
del “tarifazo”. EMASA, es una empresa pública rentable. Pero desde hace años
arrastra un enorme endeudamiento para financiar los derroches del Alcalde en
sus “megaproyectos” (museo de las gemas, Astoria-Victoria, entre otros). El
Ayuntamiento siempre consideró las redes de suministro de agua como de
titularidad de EMASA. Sin embargo, en 2009 cambió este criterio, para
declararlas municipales y cobrar un canon de 75 millones de euros a EMASA. No
era el primer canon que se le imponía: en 1994, se le cobró un canon de 42
millones de euros por la concesión de las redes de saneamiento. Y en 2006, se
le aplicó otro canon por depuración por 52 millones. En total, EMASA ha tenido que
endeudarse por 170 millones de euros para pagar los diversos cánones aprobados
por los gobiernos municipales de PSOE y PP.
La razón de estas operaciones de
“ingeniería financiera” era la imposibilidad del Ayuntamiento de obtener financiación,
por lo que los distintos gobiernos municipales la obtuvieron a costa de
endeudar a EMASA. Desde entonces, EMASA ha arrastrado una deuda enorme por los créditos
que suscribió para pagar estos cánones supermillonarios (más de 139 millones
pendientes hoy, y más de 12 millones de euros al año para pagar esta deuda).
Este desequilibrio en las cuentas de
EMASA, ha querido corregirse con la subida de la tarifa.
Desde Izquierda Unida no hacemos
demagogia con el precio del agua, que es
un recurso esencial pero finito. Su consumo debe ser sostenible y, asegurando
un mínimo vital humano, su precio debe incluir todos los costes, incluidos los medioambientales.
Este es el “principio de recuperación de costes” que consagra la Directiva
Europea del Agua.
Ante esta situación el Alcalde debe
rectificar. Es precisa una gestión más ejemplar de la empresa pública (disminución
de altos cargos, sus salarios, externalizaciones prescindibles, etc), así como más
social y participativa. Es obligada una tarificación más equitativa, en la que
se garantice un mínimo humano vital gratuito, y aplique criterios progresivos a
los consumos industriales más derrochadores, como se hace con los consumos
domésticos. Y es imprescindible un sistema más justo de bonificaciones a las rentas
económicas más desfavorecidas.
Artículo publicado en La Tribuna de Diario SUR, martes 14 de enero de 2014
Artículo publicado en La Tribuna de Diario SUR, martes 14 de enero de 2014
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