jueves, 14 de junio de 2018

Málaga, ciudad sin ley (urbanística)


Imagen del centro ruso del monte San Antón, tomada de elpais.com

Esta semana se ha celebrado la primera sesión de la Comisión de Investigación, creada a propuesta de IU-Málaga para la Gente, sobre el escándalo de las miles de infracciones urbanísticas impunes en nuestra ciudad en los últimos años.

Según la documentación aportada por la propia Gerencia Municipal de Urbanismo, entre los años 2006 y 2016, se levantaron casi 12.000 actas por infracciones urbanísticas, de las cuales sólo se incoaron 2.060 expedientes sancionadores, poco más de un 17%.

Pero lo que es aún más escandaloso es que en estos once años sólo se han cobrado por el Ayuntamiento 18 sanciones, apenas un 0,15%. De esas 18 sanciones cobradas, once lo fueron en 2006, cuatro en 2007, dos más en 2008, y la última sanción se cobró en 2011. Desde entonces, hace ya siete años, no se ha pagado ni una sola sanción.

Cuarenta de las infracciones impunes corresponden a administraciones y empresas públicas, algo rechazable porque las administraciones públicas deben dar ejemplo, cumpliendo las normas y siendo sancionadas cuando no las cumplen como cualquier ciudadano.

Otras muchas infracciones impunes corresponden a grandes obras ilegales por promotores privados, algunas de ellas muy sonadas en su día, como las de la piscina de Campanillas, el Centro Ruso del Monte San Antón o las del Jardín Histórico del Retiro.

Estos datos son gravísimos, pues ponen de manifiesto el abandono por parte del equipo de gobierno municipal de una competencia básica para cualquier municipio como es la disciplina urbanística. Parece que para el PP en Málaga la Gerencia de Urbanismo sólo debe servir para dar vía libre a los pelotazos urbanísticos y los proyectos especulativos.

Sin embargo, la disciplina urbanística es vital pues tiene un efecto disuasorio y ordenador. Sin el cumplimiento de las normas urbanísticas las grandes tropelías urbanísticas quedan impunes, haciendo imposible un urbanismo ordenado y una ciudad habitable.

Quizás era eso lo que se pretendía.

(*) Publicado en mi columna "El ala izquierda de la Casona", del diario Viva Málaga, el lunes 11 de junio de 2018

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