En el último debate del estado de la ciudad, el alcalde anunció
su apuesta por municipalizar la limpieza. Las razones que alegó eran las mismas
por las que IU y Málaga para la Gente siempre han defendido la gestión pública
de este servicio estratégico y esencial: ahorro, eficiencia y transparencia.
En abril del año
2017 finalizó el contrato de la limpieza, un contrato que fue bautizado por los
medios como “el contrato del siglo”, por ser tremendamente favorable a los
intereses de los socios privados, que se aseguraban unos beneficios
cuantiosísimos y vampirizaban las arcas municipales. El resultado es una de las
ciudades más sucias, y con una factura de la limpieza más caras, de toda
España.
En lugar de iniciar
la gestión directa, el alcalde decidió prorrogar el servicio indefinidamente. Y si el contrato era
perjudicial para los intereses generales, la prórroga está resultando nefasta:
Málaga está más sucia que nunca, y pagamos más que nunca, porque los privados
están maximizando los beneficios y minimizar las inversiones.
Año y medio después del final del contrato de LIMASA III, y
varios meses desde el anuncio de su municipalización, nada se ha avanzado. El
alcalde, como en tantos otros temas importantes para la ciudad, sigue dando
tiempo al tiempo.
Es urgente que los
próximos presupuestos municipales incluyan la nueva empresa pública, en lugar
de prever el
pago de la factura, de 100 millones de euros.
Por ello, exigimos al alcalde que impulse las acciones
necesarias para prestar el servicio municipal por medio de una empresa pública,
acudiendo para ello al fondo de reversión previsto en el propio contrato y en
los estatutos de LIMASA III, para desarrollar el proceso económico y
administrativo para la materialización de la municipalización.
Necesitamos una limpieza más eficiente y transparente para una
Málaga más limpia.
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