El pasado marzo comenzaron las obras de la “Academia” del Málaga en
Arraijanal. La constructora, Bilba, taló
muchos más árboles de los que le autorizaba la licencia, provocando las
protestas de activistas ecologistas y asociaciones vecinales y ciudadanas defensoras
del uso público y la regeneración de la última franja libre
del litoral malagueño.
La
historia de este proyecto es la historia de una promesa incumplida y de una
gran mentira.
En 2009, la
Junta de Andalucía paralizó el proyecto urbanístico del PP, con cientos de
chalets y puerto deportivo, por considerar Arraijanal un lugar único en la
aglomeración urbana de Málaga, merced a sus valores ambientales, con
comunidades vegetales incluidas en la Directiva Europea de Hábitats, y su función
de colchón amortiguador de impactos sobre el Paraje Natural de la Desembocadura
del Guadalhorce. Además, el paraje
alberga yacimientos arqueológicos púnicos y tardo-romanos.
Ese
mismo año, el gobierno andaluz anunció un gran parque metropolitano litoral
sobre las 54 hectáreas del terreno, y redactó el anteproyecto “Parque del
Paisaje Litoral, Jardín de las Plantas y Baños de Arraijanal”.
Pero
en 2010 llegó el jeque Al Thani al Málaga C.F. y, con la coartada de una
“Academia” para los equipos de la cantera, obtuvo el apoyo de los gobiernos
municipal y autonómico para desarrollar en Arraijanal un lucrativo proyecto
marcado desde el principio por el oscurantismo y la ilegalidad.
El Ayuntamiento gastó
unos 70 millones de euros
en adquirir los terrenos del Arraijanal y modificó la normativa municipal para poder
ceder buena parte de los suelos a la recién creada Fundación del Málaga C.F. (cuyos
patronos son el jeque Al Thani y sus hijos). También tramitó, en tiempo récord,
un nuevo Plan Especial para la zona a medida de las apetencias del jeque.
Por
su parte, el gobierno autonómico aprobó el Plan Especial, olvidando su propio
proyecto de parque litoral.
Tras la
coartada de la “Academia del Málaga” el jeque oculta es un lucrativo negocio
basado en alquilar las instalaciones a clubes extranjeros, que buscan en la
Costa del Sol buen clima e instalaciones deportivas para sus pretemporadas y
parones ligueros invernales. El informe de viabilidad presentado por la
Fundación del Málaga prevé alquilar campos de fútbol hasta por más de 500 euros
la hora.
Cierto que,
teóricamente, una fundación no tiene ánimo de lucro. No puede repartir
beneficios, pero sí fijar sueldos millonarios a sus dirigentes, como tienen los
hijos del jeque en el Málaga C.F., y cobrar cifras millonarias por servicios a terceros (como alquilar
instalaciones deportivas), o contratar “costosísimos” trabajos o informes a
otras empresas, ya sean propiedad o con intereses del propio jeque o su familia.
Actualmente, las obras de la Academia están paralizadas no por las
administraciones, sino porque el jeque, fiel a su costumbre, no paga a la
constructora, lo que añade aún más incertidumbre a la viabilidad del proyecto.
IU-Málaga para la Gente siempre defendimos que Arraijanal no es la mejor ubicación para la ciudad
deportiva del Málaga CF, y apoyamos al conjunto de colectivos ecologistas y
vecinales que reclaman que esos terrenos se destinen, íntegramente, a un Parque
Marítimo-Terrestre y Arqueológico para uso y disfrute ciudadano. Y trabajamos con todos nuestros medios para
evitar que se prive a Málaga de la última franja libre de nuestro litoral.
Por ello,
en junio pasado emprendimos las acciones administrativas y judiciales contra el
Plan Especial y la licencia de obras de la “Academia” del jeque.
Confiamos
en que la Justicia anule el Plan Especial y la licencia por múltiples
ilegalidades. Ojalá que, cuando lo haga, la “Academia” no se haya convertido en
“El Algarrobico malagueño”.
(*) Publicado en Revista El Observador, en mi columna "Contra viento y marea", el miércoles 21 de noviembre de 2018.
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