jueves, 22 de noviembre de 2018

Arraijanal, ¿El Algarrobico malagueño?



El pasado marzo comenzaron las obras de la “Academia” del Málaga en Arraijanal. La constructora, Bilba, taló muchos más árboles de los que le autorizaba la licencia, provocando las protestas de activistas ecologistas y asociaciones vecinales y ciudadanas defensoras del uso público y la regeneración de la última franja libre del litoral malagueño.


La historia de este proyecto es la historia de una promesa incumplida y de una gran mentira.

En 2009, la Junta de Andalucía paralizó el proyecto urbanístico del PP, con cientos de chalets y puerto deportivo, por considerar Arraijanal un lugar único en la aglomeración urbana de Málaga, merced a sus valores ambientales, con comunidades vegetales incluidas en la Directiva Europea de Hábitats, y su función de colchón amortiguador de impactos sobre el Paraje Natural de la Desembocadura del Guadalhorce. Además, el paraje alberga yacimientos arqueológicos púnicos y tardo-romanos.
           
Ese mismo año, el gobierno andaluz anunció un gran parque metropolitano litoral sobre las 54 hectáreas del terreno, y redactó el anteproyecto “Parque del Paisaje Litoral, Jardín de las Plantas y Baños de Arraijanal”.

Pero en 2010 llegó el jeque Al Thani al Málaga C.F. y, con la coartada de una “Academia” para los equipos de la cantera, obtuvo el apoyo de los gobiernos municipal y autonómico para desarrollar en Arraijanal un lucrativo proyecto marcado desde el principio por el oscurantismo y la ilegalidad.

El Ayuntamiento gastó unos 70 millones de euros en adquirir los terrenos del Arraijanal y modificó la normativa municipal para poder ceder buena parte de los suelos a la recién creada Fundación del Málaga C.F. (cuyos patronos son el jeque Al Thani y sus hijos). También tramitó, en tiempo récord, un nuevo Plan Especial para la zona a medida de las apetencias del jeque.

Por su parte, el gobierno autonómico aprobó el Plan Especial, olvidando su propio proyecto de parque litoral.

Tras la coartada de la “Academia del Málaga” el jeque oculta es un lucrativo negocio basado en alquilar las instalaciones a clubes extranjeros, que buscan en la Costa del Sol buen clima e instalaciones deportivas para sus pretemporadas y parones ligueros invernales. El informe de viabilidad presentado por la Fundación del Málaga prevé alquilar campos de fútbol hasta por más de 500 euros la hora.

Cierto que, teóricamente, una fundación no tiene ánimo de lucro. No puede repartir beneficios, pero sí fijar sueldos millonarios a sus dirigentes, como tienen los hijos del jeque en el Málaga C.F., y cobrar cifras millonarias por  servicios a terceros (como alquilar instalaciones deportivas), o contratar “costosísimos” trabajos o informes a otras empresas, ya sean propiedad o con intereses del propio jeque o su familia.

Actualmente, las obras de la Academia están paralizadas no por las administraciones, sino porque el jeque, fiel a su costumbre, no paga a la constructora, lo que añade aún más incertidumbre a la viabilidad del proyecto.

IU-Málaga para la Gente siempre defendimos que Arraijanal no es la mejor ubicación para la ciudad deportiva del Málaga CF, y apoyamos al conjunto de colectivos ecologistas y vecinales que reclaman que esos terrenos se destinen, íntegramente, a un Parque Marítimo-Terrestre y Arqueológico para uso y disfrute ciudadano. Y trabajamos con todos nuestros medios para evitar que se prive a Málaga de la última franja libre de nuestro litoral.

Por ello, en junio pasado emprendimos las acciones administrativas y judiciales contra el Plan Especial y la licencia de obras de la “Academia” del jeque.

Confiamos en que la Justicia anule el Plan Especial y la licencia por múltiples ilegalidades. Ojalá que, cuando lo haga, la “Academia” no se haya convertido en “El Algarrobico malagueño”.

(*) Publicado en Revista El Observador, en mi columna "Contra viento y marea", el miércoles 21 de noviembre de 2018.



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