España es el país donde los consumidores pagan la
electricidad más cara de Europa, después de Malta y Chipre. Según los datos de Eurostat, en la última década, el coste de la
electricidad se ha incrementó en un 104%, más que en ningún otro país de Europa,
precisamente desde la "liberalización" del sector en 1997 por el gobierno
de José María Aznar. ¿Recuerdan cuando nos decían que con la “liberalización” se
iba a conseguir una tarifa más barata? No sólo no ha sido así, sino todo lo
contrario: la actual regulación es un negocio redondo para las eléctricas
españolas, con beneficios que doblan los de sus homólogas europeas en los
últimos años. Lo que se verá incrementado con la nueva tarifa eléctrica
aprobada por el gobierno del PP con la que prevén conseguir 5.000 millones de
euros sólo en el primer trimestre de 2014.
La privatización de la electricidad en España sólo ha
beneficiado al lobby de las compañías eléctricas, amparado por los sucesivos gobiernos
del PSOE y del PP. No es casualidad que destacados miembros de estos gobiernos
formen parte hoy de los consejos de administración de las grandes empresas que
se beneficiaron de sus políticas: José María Aznar, Ángel Acebes, Elena
Salgado, Jordi Sevilla o Felipe González (hasta hace bien poco), entre otros
muchos.
Al mismo tiempo, es la ciudadanía la que ha soportado
el altísimo coste social de sus enormes beneficios: uno de los países de la UE
con mayor tasa de desempleo, y con mayor coste por un servicio básico como la
electricidad.
La reducción de las rentas familiares por el
incremento del paro, la bajada de salarios y la precariedad; así como el
aumento continuo de los precios de los servicios básicos como la electricidad,
el gas o el agua, han provocado un enorme incremento de las personas y hogares
en situación de pobreza energética desde el comienzo de la crisis/estafa.
Puede
decirse que un hogar está en situación de pobreza energética cuando es incapaz
de pagar alguno de los servicios y suministros básicos para la satisfacción de
las necesidades domésticas, o cuando se ve obligado a destinar
una parte excesiva de sus ingresos a pagar la factura energética de su
vivienda.
Según
datos del Instituto Nacional de Estadística (INE) en España
más de tres millones de personas, uno de
cada diez hogares, sufre de pobreza energética. Más de 60.000 hogares en la provincia de Málaga, siendo el de los
mayores el colectivo más afectado (la sufre una de cada tres personas de más de
65 años). Sólo en 2013, la Cruz Roja atendió por problemas de pobreza energética
a 21.500 personas en Málaga. Los recursos destinados por los servicios sociales
comunitarios, y otras entidades como Cruz Roja y Cáritas son absolutamente
insuficientes para atender esta situación.
La pobreza energética tiene un impacto profundo en la
calidad de vida de las personas: la carencia de agua o calefacción afecta a la
higiene, a la salud tanto física como mental, y genera aislamiento y exclusión.
El Informe de Sostenibilidad en España del 2012 estima que en nuestro país la
pobreza energética provoca entre 2.300 y 9.300 muertes prematuras en invierno.
Por lo tanto, se trata de un problema de vulneración de derechos humanos de
unas dimensiones alarmantes.
En este contexto, el gobierno del Partido Popular no
sólo no ha tomado ninguna medida para paliar esta dramática situación social,
sino que ha permitido casi un millón y medio de cortes de luz por impago en España en el último año, y ha vuelto
a autorizar una nueva subida de la luz que generará más pobreza energética.
Y en este contexto dramático en Málaga, el gobierno municipal del PP ha aprobado una
modificación de la tarifa del agua que supone una notable subida del precio del
agua para los hogares de una, dos y tres personas, dos de cada tres en Málaga,
según el INE. Y lo que es más grave, ha cortado el suministro de agua a casi
7.000 hogares sólo en 2012, muchos de ellos a familias que no pueden hacer
frente al recibo.
Esa es la “sensibilidad social” del PP: cortar la
luz y el agua a quien no pueda pagarla, mientras permite a las grandes
compañías multiplicar sus beneficios.
Desde
IZQUIERDA UNIDA consideramos que la energía es un bien esencial
para la vida y que debe ser gestionado desde lo público y no supeditado al
interés privado, por lo que hemos presentado en el Congreso de los Diputados una propuesta de medidas que
garanticen los suministros energéticos básicos a las personas y familias en
riesgo de exclusión social, así como una reforma del sistema de fijación de
precios, que han sido rechazadas por la mayoría absoluta del PP.
En
el marco andaluz, la vicepresidencia que ostenta Diego Valderas está
elaborando, con la participación de profesionales del sector, una propuesta
legislativa encaminada a garantizar los suministros mínimos vitales a personas
perceptoras del salario social: 3.000 litros de agua al mes, y 1.400 kw al año.
Y en el
Ayuntamiento de Málaga, hemos solicitado la creación de un Fondo de
Emergencia de carácter extraordinario y urgente, complementario a las ayudas de
emergencia, que permita paliar los efectos de la pobreza energética en buena
parte de la población; así como una moratoria en los cortes de agua por impago
a personas en situación de insolvencia involuntaria, así como que se suspenda
la nueva tarifa mientras se consensúa con los agentes sociales un sistema
tarifario más justo y equitativo que garantice un mínimo vital gratuito a personas
y familias a personas y familias con rentas más bajas.
Soy de un pueblo de malaga estoy sin ayudas tengo tres hijos los servicios sociales no me prestan ayudas para las energias basicas ?? Que debo hacer??
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