Imagen de estudiosegui.com
El
mes pasado la Junta de Andalucía autorizó la senda peatonal y ciclista en la
parte alta del Guadalmedina. Los desencuentros y falta de coordinación con el
Ayuntamiento de Málaga han retrasado varios años este proyecto, el primero para
la integración urbana del río.
La
obstinación del gobierno municipal en mantener parte del trazado por el mismo
lecho del río, algo que nunca autorizarían los técnicos ni la propia ley, y los
retrasos a la hora de contestar por la Junta, han contribuido al retraso de un
proyecto estratégico como es la integración urbana del Guadalmedina en la
ciudad.
La
pelota está ahora en el tejado del equipo de gobierno, que debe tramitar la ocupación
de los terrenos destinados a la vía ciclista y senderista. A fecha de hoy, aún no
se ha aprobado el Plan Especial del río Guadalmedina y el alcalde sigue
empeñado en su idea anacrónica de embovedar el río, pese a que ninguno de los
proyectos premiados del concurso de ideas del Guadalmedina lo contemplara.
Desde Izquierda Unida y Málaga para la Gente
siempre hemos defendido un parque fluvial, una actuación blanda de restauración
y recuperación medioambiental, sin urbanización alguna sobre el cauce, ni
elementos de envergadura que pudieran obstaculizar las avenidas de agua durante
las lluvias. Con vegetación de ribera,
corredor con carriles bici, espacios peatonales y un circuito deportivo para su
uso por la ciudadanía. Como recogía la propuesta ganadora del Concurso de ideas
para la integración urbana del Guadalmedina, rescatar las riberas del río como espacios de
transición con la ciudad. Además de la reforestación del cauce alto y medio del río
Guadalmedina. Una propuesta viable técnicamente y mucho más económica.
El río Guadalmedina no es una cicatriz, ni debe
ser una frontera social y urbanística: es una oportunidad para la ciudad.
* Publicado en mi columna "El ala izquierda de la Casona", del diario Viva Málaga, el lunes 16 de abril de 2018
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