Los
terrenos de Repsol se ubican entre dos de los distritos más densamente poblados
y con menos zonas verdes de Europa: Carretera de Cádiz y Cruz de Humilladero.
Durante décadas esos terrenos albergaron los depósitos de hidrocarburos de las
empresas estatales Campsa, primero, y Repsol, después.
Durante
todos esos años, los miles de residentes de esos distritos obreros convivieron
con el peligro de unos depósitos altamente contaminantes y peligrosos.
En
los años 70 y primeros 80, la ciudadanía malagueña se movilizó para exigir el
desmantelamiento de esas instalaciones y su conversión en una gran zona verde.
Fruto
de esa movilización vecinal, el Ayuntamiento y Repsol acordaron desmantelar los
depósitos de hidrocarburos, y el PGOU de 1983 destinó ese suelo a un gran
parque.
Sin
embargo, el alcalde De la Torre firmó en 2008 un convenio urbanístico con
Repsol para recalificar los terrenos a urbanizables y construir 4 rascacielos
y varios edificios más, con 1.400 viviendas y un gran centro comercial. Así lo
incluyó en el PGOU de 2011, pretendiendo acabar con una histórica conquista
vecinal en favor del pelotazo de una empresa recién privatizada por el PP.
En enero y septiembre de 2016, el Pleno aprobó unánimemente
realizar una consulta que la ciudadanía decidiese entre torres de viviendas y
un gran centro comercial, o un gran parque en el 100% del suelo.
Sin embargo, el Partido Popular, con la
connivencia de Ciudadanos, enterró la consulta ciudadana incumpliendo los acuerdos
unánimes del pleno.
Adelante Málaga, la confluencia de IU y Podemos,
es la única opción que puede ser determinante en las próximas elecciones
municipales para un gobierno de izquierda en la ciudad que haga posible el gran
Bosque Urbano en los terrenos de Repsol.
El próximo 26 de mayo usted podrá decidir entre
más torres y hormigón, o un gran pulmón verde para Málaga.
(Publicado en mi columna "El ala izquierda de la casona" del diari Viva Málaga, el lunes 6 de mayo de 2019)
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