Lo primero desearos que vuestro viaje desde lejanas
tierras de Oriente se desarrolle sin contratiempos, pues como seguro que
sabréis, este año cientos de miles de personas (mujeres, ancianos y niños), que
llegaron a Europa huyendo de la guerra y la barbarie, están pasando un sinfín
de penalidades para cruzar una mar llena de peligros y unas fronteras
alambradas. Muchos niños han perdido sus tiernas e inocentes vidas intentando
alcanzar las costas europeas o en caminos interminables.
Y allá en Palestina, tierra que conocéis bien, el estado
israelí reprime diariamente a la población y ha construido un muro de oprobio y
vergüenza que impide a las buenas gentes de aquel lugar transitar
libremente.
Aquí, en nuestra Málaga, como ya conocéis de años
anteriores, muchos niños siguen viviendo en la pobreza, en familias que
dependen del reparto de alimentos.
Muchos niños viven en familias que no tienen recursos
para pagar los suministros básicos de luz, agua y gas, mientras las grandes
compañías que suministran estos bienes básicos siguen aumentando sus beneficios
mil millonarios, protegidas y ayudadas por el gobierno.
Y muchos niños siguen siendo desahuciados de sus casas
por no poder su familia pagar el alquiler o la hipoteca, muchas veces por
bancos que han recibido grandes cantidades de dinero público y que mantienen
vacías miles de casas.
Y menos mal que muchas
personas maravillosas, de forma voluntaria, participan en colectivos y asociaciones que se esfuerzan en suplir parte
de lo que el sistema debiera garantizar.
Por todo ello, lo único que os pido este año es Justicia,
con mayúsculas, para que millones de personas en el mundo, muchos de ellos
niños, no carezcan de los Derechos Humanos más básicos (alimentación, salud,
vivienda, luz, agua, educación, etc…). Y os pido Rebeldía, para que cada uno y
cada una de nosotras no consintamos más la injusticia y trabajemos para
garantizar Pan, Trabajo, Techo y Dignidad para todas las personas.
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