El cottolengo es
una institución benéfica ubicada en El Bulto, que lleva prestando una
importante labor social en Málada desde hace 47 años. Fue fundado en 1965, por
el las monjas del Sagrado Corazón de Jesús, con objeto de atender a los
numerosos niños y niñas afectados por la poliomelitis en aquella época, sobre
unos terrenos cedidos gratuitamente por el Ayuntamiento de Málaga para un uso
social y benéfico, y construido por dicha congregación gracias a las donaciones
de los malagueños y malagueñas.
Desde entonces, y durante todos estos años, esta
institución ha venido atendiendo a
cientos de personas con distintos perfiles, personas discapacitadas, mayores,
menores, etc., gracias al trabajo voluntario de las monjas y de cientos de
personas durante varias generaciones.
En la actualidad, el centro atiende a unas treinta
personas, y funciona con dos monjas y un centenar de voluntarias y voluntarios,
y gracias a las donaciones ciudadanas de empresas, cofradías, otras entidades
públicas y privadas, y cientos de personas.
En las últimas semanas, se ha conocido la decisión
de la congregación del Sagrado Corazón de Jesús de cerrar la el cottolengo en Málaga, según dicen por
falta de vocaciones, donar el edificio al Obispado de Málaga, y trasladar a las
personas internas a otras casas (Granada, Albacete, Bilbao, etc.). De hecho, en
estas últimas semanas han trasladado ya a unas veinte personas.
Sin embargo, el centro es autosuficiente
económicamente, gracias a las donaciones, y funciona gracias al trabajo de un
centenar de voluntarias y voluntarios, por lo que no es cierto que no pueda
funcionar por tener solo dos monjas. De hecho, su directora, Sor María Isabel,
apoyada por el centenar de voluntarias y voluntarios, ha planteado un proyecto
al Obispado que permitiría que la casa continuara funcionando de manera independiente
de la congregación, gestionada por una asociación de voluntarias y voluntarios.
Además han recogido y entregado al Obispado centenares de firmas en apoyo de
esta propuesta.
La respuesta del Obispado ha sido rechazar esta
propuesta, alegando que sin la congregación “el centro no tendría sentido”, y
anunciando mediante una nota de prensa que se estudiarán distintas opciones
para el edificio.
A nadie se le escapa que la pastilla de terreno en
la que se ubica el cottolengo se ha
vuelto muy “golosa”, pues es la única libre en el paseo marítimo Antonio
Machado en primera línea frente al mar.
Ha de recordarse, que ya en 1997 cuando se aprobó el
anterior PGOU, el equipo de gobierno del PP, entonces sin mayoría absoluta, con
Celia Villalobos como Alcaldesa y Francisco de la Torre como concejal-delegado
de Urbanismo, ya intentó modificar la calificación de esa pastilla de terreno a
residencial, y que fue entonces el grupo municipal de IZQUIERDA UNIDA quien
presentó la enmienda, que fue aceptada, para que siguiera teniendo un destino
social en el ordenamiento.
Ahora, de nuevo, parece que el Obispado se ha fijado
en esa parcela, pasando por alto la importante labor social que allí se
realiza. Pero claro, para que esa parcela pueda ser rentabilizada
económicamente, sería necesaria una modificación de la calificación en el
planeamiento, de social a residencial, y para ello es necesario antes dejar
vacío y sin funcionamiento el edificio.
Es necesario señalar que los durísimos recortes del
gobierno central en materia de dependencia, que solo en Málaga ha sido de 28
millones de euros, suponen la destrucción directa de 400 empleos de
trabajadores y trabajadoras sociales, y auxiliares de geriátricos, en la
provincia (según los cálculos de la Asociación Española de Directores y
Gerentes de Servicios Sociales.
Por ello, el hecho de que nuestra ciudad pierda un
centro de atención social a personas dependientes es siempre una mala noticia, pero
más aún en los tiempos actuales de recortes brutales en atención social y
dependencia, y ello independientemente de que el centro sea gestionado por las
monjas de la congregación o, como sería posible y deseable hoy, por la
asociación de personas voluntarias.
Por todo esto, desde el grupo municipal de IZQUIERDA
UNIDA en Málaga ciudad hemos presentado al Pleno del Ayuntamiento del día 29 de
abril una moción pidiendo al equipo de gobierno municipal que medie con el
Obispado para conseguir que se mantenga el cottolengo
y la labor social que se realiza en el mismo. Creemos que el Alcalde debe
actuar decididamente ante el Obispado y la congregación, ya que los terrenos
fueron cedidos por el Ayuntamiento para ese uso social, no para que con el paso
de los años nadie haga un negocio con ellos, y porque esa institución está
ligada a la ciudad, y varias generaciones de personas usuarias, y de malagueñas
y malagueños que con su trabajo voluntario o donaciones lo han mantenido
funcionando y realizando una labor social excepcional.
El Obispado debe saber que la ciudad entera, con su
Ayuntamiento a la cabeza, no va a permitir que se cierre el cottolengo. Y enfrentarse con la
movilización de las voluntarias y voluntarios, y con la opinión mayoritaria malagueña
es algo que no le interesa lo más mínimo.